Los consejeros Gordó, Vila y Homs en un consejo nacional de CDC / SERGI ALCÀZAR

Felip Puig, Santi Vila, Andreu Mas-Colell, Francesc Homs... Uno tras otro, algunos de los pesos pesados de Convergència van mostrando públicamente sus reticencias con relación a las conversaciones con la CUP, el alcance de la resolución independentista aprobada en el Parlamento y la forma como se está llevando la negociación para la investidura del presidente y candidato de JxSí, Artur Mas.

Es la punta del iceberg de una inquietud que recorre el Govern en funciones, el Parlament y el partido. Desde la misma noche electoral en que la CUP dejó claro que no pensaba investir a Mas, las alarmas empezaron a sonar. Primero, era un rumor inquieto. Pero a medida que avanzan las conversaciones, los toques de atención van subiendo la intensidad.

La votación del jueves en que fue imposible la investidura por segunda vez –una situación inédita en la política catalana desde 1980– a pesar de las concesiones de JxSí, ha hecho que estas reticencias, que hasta ahora se debatían a puerta cerrada, se hayan empezado a expresar sin ambages en intervenciones públicas y a través de los medios de comunicación.

Aviso de Mas

El propio Mas tuvo que salir el viernes a mostrar un gesto de contundencia delante de los cuperos. “Nosotros, el movimiento que teníamos que hacer para llegar a un acuerdo ya lo hemos hecho, es público y conocido. Por lo tanto, a partir de ahora, veremos qué dicen los otros”, aseguró el líder de CDC en unas lacónicas declaraciones antes de participar en un acto, uno de los pocos que le han programado estas semanas de intensas negociaciones.

Las críticas se escuchan cada vez más cerca del círculo de confianza del presidente. ¿Por qué se aceptó una resolución tan contundente sin conseguir arrancar ninguna concesión a cambio? ¿En qué momento se decidió conjugar el verbo desobedecer, proclamando que el futuro gobierno cumplirá “exclusivamente” los mandatos emanados del Parlament? ¿Cómo se puede ofrecer una moción de confianza de un gobierno que ni siquiera se ha constituido? ¿Cómo se podrá gobernar durante 18 meses este ejecutivo que no consigue tener presidente investido en la segunda votación?

Perplejidad en el partido

Las preguntas se formulan una vez y otra ante la perplejidad de que mientras que CDC va cediendo, sus interlocutores no se mueven. Ni siquiera una abstención en el segundo debate de investidura, el jueves pasado, que hasta el último instante esperaron muchos de los diputados de JxSí como señal de que los cuperos valoran la voluntad de acuerdo de los diputados del grupo mayoritario.

La inquietud es tal que en el consell nacional de CDC que el domingo aprobó los nombres de los candidatos a las elecciones generales, Artur Mas aprovechó para explicar el estado de las conversaciones con la CUP e instó a los presentes a expresar abiertamente su opinión o sus dudas al respecto.

Y, poco a poco, se va abriendo paso la idea que, visto el panorama, unas elecciones anticipadas quizás no serían la peor solución.

Nuevas elecciones

El conseller de Economía en funciones, Andreu Mas-Colell, hombre de máxima confianza del president, ha lanzado hoy su aviso a través de un artículo en el diario Ara donde advierte que no se pueden aceptar las condiciones que impone la CUP, aunque eso obligue a volver a las urnas. También a primera hora de la mañana, el hasta hoy –cuando se ha publicado su cese– conseller de la Presidència en funciones, Francesc Homs, ha manifestado sus reservas ante la situación de bloqueo de la investidura en declaraciones en TV3.

“Si no se puede garantizar un gobierno fuerte y estable, seguridad jurídica, compromiso con los valores occidentales, particularmente con los europeos, y voluntad explícita de diálogo y pacto con las instituciones españolas y europeas, habrá que convocar nuevas elecciones”, ha asegurado Homs a lo largo de la entrevista en la televisión pública catalana.

Homs ha advertido que esta situación se tiene que resolver de manera “inmediata”. El cabeza de lista de Democràcia i Llibertat a las elecciones generales del 20D ha advertido que hasta ahora el proceso independentista ha transcurrido de “manera pausada” y ahora “no puede venir la CUP y cargárselo todo”.

Convergència quiere dejar claro que su paciencia se está agotando... y seguir transmitiendo presión a la CUP.