El escándalo de la dimisión de Santos Cerdán vuelve a situar al límite la legislatura de Pedro Sánchez, que este jueves ya descartó un adelanto electoral después de pedir perdón a la ciudadanía por los casos de corrupción que han salido a la luz y que rodean al PSOE y en especial, quien han sido sus dos últimos hombres de confianza, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, implicados en el caso Koldo. A pesar de la presión de la oposición para pedir la cabeza de Sánchez por la mala gestión del caso, el Gobierno vuelve a descartar este viernes que Sánchez se someta a una cuestión de confianza.
Críticas a Sánchez por la gestión del caso Koldo
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido el más duro con Sánchez, que este jueves volvió a pedir su dimisión, pero descartó la moción de censura por falta de apoyos. Según Feijóo, "no hay cortafuegos posibles, no puede pretender sobrevivir. La corrupción es la marca de agua de este gobierno. Y eso tiene que acabar". En la misma línea se ha manifestado el gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso, que ha asegurado que Sánchez tiene que dimitir "por dignidad y por ética" después de conocerse el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Los populares no han sido los únicos que criticaron Sánchez, ya que todos los socios del PSOE, empezando por Sumar, quien su líder Yolanda Díaz, calificó "de insuficientes" las explicaciones de Sánchez. Este viernes, la coordinadora general de Sumar, Lara Hernández, no ha cerrado la puerta a la cuestión de confianza si está supeditada al "giro de 180 grados" que el socio minoritario del ejecutivo español ha demandado para lo que resta de legislatura. Por su parte, la portavoz de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, Cristina Valido, ha afirmado que su partido no romperá el acuerdo de investidura suscrito con el PSOE después del informe de la UCO.
El Gobierno cierra filas con Sánchez
En este contexto político, los socialistas confían en la continuidad del Gobierno de Sánchez y descartan la opción que se plantee una cuestión de confianza, como ya amenazó con hacer hace unos meses Junts per Catalunya, aunque, no estaba relacionada con los escándalos de corrupción. Los ministros del Gobierno han salido en defensa de Sánchez y han expresado su decepción con Santos Cerdán. l ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, ha defendido la gestión de Sánchez y la actuación del Gobierno "cuando ha visto un indicio, ha actuado de forma inmediata". Bolaños ha mostrado su comprensión con la "indignación, el rechazo, el disgusto y la decepción de la gente que ayer conoció el informe. Comparto la indignación". Con todo, ha añadido que "ninguna organización humana está libre de tener comportamientos individuales". El ministro ha asegurado que Sánchez no solo pidió perdón, "sino también asumió una triple responsabilidad". Y ha añadido que "cuando existen indicios hay que actuar inmediatamente, lo que no tiene sentido es hacer elucubraciones sobre el futuro. El informe de la UCO es exhaustivo y hay bastantes indicios para que ayer el presidente pidiera perdón y su comportamiento fue de ejercer su liderazgo y para ser consciente del estado de ánimo de la ciudadanía. Y poner fin de cualquier persona de la cual tengamos un indicio. Actuamos desde el plano de la responsabilidad política para actuar inmediatamente". Sobre la cuestión de confianza, Bolaños ha afirmado "es prerrogativa del presidente del gobierno, no de ningún grupo parlamentario", y ahora mismo "no está sobre la mesa".
La ministra de Sanidad y líder de Más Madrid, Mónica García, se ha pronunciado sobre el informe y ha hecho una crítica a los casos de corrupción asegurando que "malditos sean los Santos Cerdán, los Koldos, los González Amador, los Bárcenas y todos aquellos que corrompen las instituciones".
Por su parte, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, ha sido otro de los que ha hablado después de la rueda de prensa de Sánchez y en declaraciones a la Cadena SER, ha enviado ánimos a todos los cargos, afiliados y simpatizantes del PSOE después de este |golpe. "Las conversaciones son infumables, incompatibles con el PSOE. Pero este partido actúa con contundencia. Este es nuestro patrimonio", ha asegurado. "Es evidente que eso afecta al Ejecutivo. Pero lo importante es como respondemos. Yo lo que quiero es que mi presidente y líder siga dando argumentos que no actuamos igual. Y después los ciudadanos juzgarán. Todo a su tiempo", ha añadido.