Si ERC tuviera una máquina del tiempo, hay una cosa que seguro que cambiaría: su 'sí' a Ada Colau como alcaldesa de Barcelona. Dos años después de haber dado su apoyo a la líder de Barcelona en Comú para que gobernara el Ayuntamiento, ERC asegura que no lo volvería a repetir.
Así lo ha explicado el número uno de Esquerra en el consistorio, Alfred Bosch, haciendo un balance de la primera mitad de la legislatura en la biblioteca Francesca Bonnemaison. La lista de agravios y ejemplos de mala gestión que los republicanos reprochan a Colau es infinita y ha desembocado en una "desconfianza total" hacia la alcaldesa y su equipo.
Sectarismo, decepción, desconexión... Estos son sólo algunos de los adjetivos que ha dedicado al gobierno barcelonés, hasta hablar de una ruptura con el equipo de gobierno. Un equipo del cual ERC nunca ha querido formar parte directamente, pero con quien sí había pactado algunas votaciones puntuales al pleno.
Este distanciamiento ya lleva sobrevolando el día a día consistorial desde hace meses. Y se hizo patente, por ejemplo, en la aprobación de los presupuestos, que consiguieron pasar el trámite vinculados a una cuestión de confianza pero con toda la oposición en contra, incluidos ERC y la CUP, que sí habían avalado Colau en 2015 al inicio de su mandato.
Barcelona para hacer carrera política
"La promesa de cambio no se ha confirmado. Hemos perdido la inocencia de aquel momento, nosotros ya no confiamos", ha concluido. Bosch ha apostado por huir del "partidismo y del personalismo", y ha defendido que "hay que recuperar" la capital de las personas, no de una persona que utiliza la ciudad como plataforma para hacer carrera política".
A su parecer, en estos dos años gestionando Barcelona, el actual equipo de gobierno ha demostrado que "no cuenta con todo el mundo, no sabe gestionar y no puede cumplir con aquello que ha prometido". El republicano ha apostado por construir una alternativa "donde se pueda sentir cómodo todo el mundo", que también incluya aquellos que no se consideran independentistas.