"No entremos". Es la doctrina impuesta por la cúpula de ERC en relación a la sacudida profunda que ha aplicado Pedro Sánchez a su gabinete. La decisión en sí no ha sorprendido en las filas de los republicanos, pero sí el alcance. En la sede de la calle Calàbria leen los cambios en clave interna del PSOE, a quien ven con la mirada puesta las elecciones generales que se tienen que celebrar dentro de dos años. "No nos preocupa cómo se organizan. Nos preocupa el qué, que este nuevo gobierno remodelado tenga propuesta o no por Catalunya", ha declarado a Marta Vilalta durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva de ERC. Más allá de los indultos, esperan nuevos pasos.

 

En todo caso, los de Oriol Junqueras aprovechan para advertir en Moncloa que los movimientos "no tienen que afectar ni a los plazos ni a los timmings". En este sentido recuerdan que el compromiso del presidente español con Pere Aragonès fue reunir este julio la comisión bilateral entre el Estado y la Generalitat y la mesa de negociación sobre el conflicto político la tercera semana de septiembre. El cierto es que todos aquellos miembros que habían tenido relación con la cuestión catalana, desde Calvo en Redondo, han sido relevados. Fuentes de ERC apuntan que el hecho de que Iceta cambie de cartera y deje la de Administraciones Públicas, no tiene por qué implicar que no esté en la mesa de diálogo. Cultura y Deportes, recuerdan, tendrá un rol destacado en el tema de los Jocs Olímpics d'Hivern que se quieren impulsar para el 2030 en los Pirineos.

¿A la una con Junts?

Pasados los indultos, el siguiente obstáculo que tendrán que superar las fuerzas independentistas son los presupuestos generales del Estado. El pacto entre ERC y Junts es intentar adoptar una posición compartida, es decir, lo contrario de lo que sucedió con los últimos, cuando ERC votó a favor y Junts en contra. "Es uno de los deberes pendientes", ha reconocido Vilalta. "Es un compromiso, poder coordinarnos al máximo en todas las instituciones", ha apuntado. Ahora bien, no ha descartado la posibilidad de que acabe yendo cada uno por su parte sin que eso tenga que afectar a la estabilidad del Gobierno. "Ya ha pasado anteriormente y el gobierno ha seguido".

Aunque no ha anticipado qué acabarán votando, porque todavía no han visto el proyecto, fuentes del partido admiten que sería difícil que ERC se acabe oponiendo frontalmente a los presupuestos de Sánchez. "Es una negociación que queremos hacer", ha explicado la portavoz, porque "se discuten los intereses de Catalunya" y quieren "ser útiles para la gente". Es precisamente el mismo argumento que utilizaron a los republicanos cuando aprobaron los últimos presupuestos del PSOE. En todo caso, desde el partido adelantan que para poder llegar a votar a favor de las nuevas cuentas hará falta que el gobierno Sánchez se ponga las pilas con las promesas pendientes de cumplir del anterior acuerdo presupuestario.

En la imagen principal, Vilalta en la rueda de prensa posterior a la ejecutiva. / M. Puig