Los atentados de agosto de 2017 sacudieron Catalunya más allá de Barcelona. Y es que, si bien los hechos más graves tuvieron lugar en la capital catalana, con un total de 14 muertos y la fatídica imagen de la furgoneta en la Rambla, el otro lugar que también recibió un ataque fue Cambrils. La madrugada del 18 de agosto, solo unas horas después de los hechos en Barcelona, la ciudad del Baix Camp veía cómo un grupo de jóvenes miembros de la célula terrorista conducían un coche hasta la rotonda del Club Náutico, dónde embestían un coche patrulla de los Mossos d'Esquadra, y uno de ellos salía para matar a una mujer de 67 años de Zaragoza con un cuchillo. Él y sus compañeros serían rápidamente abatidos por los agentes.

Este jueves, un día después de la conmemoración que tuvo lugar en la Rambla de Barcelona, Cambrils también ha querido participar en el homenaje a las víctimas de los atentados. En el lugar de los hechos, familiares, representantes de las instituciones, cuerpos de seguridad y emergencia, y vecinos se han congregado en un acto solemne que ha durado unos 25 minutos y ha contado con los parlamentos del alcalde Oliver Klein.

Todo ello ha empezado con un minuto de silencio que se ha celebrado de manera escrupulosa, sin ninguna interrupción como pasó ayer en Barcelona. También ha habido una interpretación del Cant dels Ocells a cargo de dos violoncelistas. Posteriormente, representantes políticos, cuerpos de seguridad, servicios de emergencias, colectivos que colaboraron aquella noche y miembros de diferentes comunidades religiosas han hecho una ofrenda floral al Memorial por la Paz. Finalmente, tres niños han soltado unos globos blancos en señal de deseo de paz mientras los músicos interpretaban el Himno de Europa. Al acabar, aquellos que lo ha querido han podido colocar flores blancas en el memorial.

El Ayuntamiento de Cambrils ha hecho un manifiesto en el cual se acuerda de que el 18 de agosto del 2017 los cambrilenses fueron "golpeados duramente por la violencia irracional", que transformó la calma del paseo Marítimo "en el escenario de la irracionalidad mayor en la que el fanatismo de unas personas puede conducir". El texto, que intercala el catalán y el castellano, apunta que cinco años después "el recuerdo de aquellas horas continúa muy vivo". "Un recuerdo triste, pero sereno. Sin rencor pero sin olvido", se indica. El manifiesto se dirige a toda la ciudadanía del municipio y a las familias que "lo perdieron todo". Y de cara al futuro, se pide optimismo y confianza para "respetar los otros, tolerar las diferencias y creer en la diversidad", elementos básicos para la paz, pero que también "ayudan a alcanzar la felicidad individual y colectiva".