El 6 de agosto de 1936, justo en la tercera semana de la Guerra Civil Española, el entonces presidente del FC Barcelona y al mismo tiempo diputado de ERC, Josep Sunyol i Garriga, fue fusilado junto a tres personas más, el periodista deportivo Pere Ventura i Virgili (del periódico 'La Rambla'), un teniente del ejército republicano y el chófer del automóvil en que viajaban. Los perpetradores del cuádruple asesinato fueron paramilitares golpistas, encuadrados en la facción rebelde que provocó la Guerra Civil y que, al fin y al cabo, instauraría una dictadura fascista que se alargaría décadas en la figura del general Franco. Las circunstancias del fusilamiento no se han aclarado nunca del todo, pero todo apunta que Sunyol y sus acompañantes entraron sin darse cuenta en las líneas fascistas, los cuales, una vez los identificaron como republicanos, los asesinaron en el mismo lugar donde los encontraron.

Como pasa con muchas de las víctimas de la Guerra Civil, en especial las del bando legítimo y democrático, los restos de Sunyol se perdieron en el olvido de la historia y el desinterés de las autoridades franquistas, preocupadas sólo en resarcir a sus víctimas y abandonando, en cunetas y fosas comunes, a los millares de asesinatos provocados por el fascismo. Con todo, hay indicios para creer que los restos de Sunyol están en unos terrenos concretos de Madrid y un equipo de investigación ha iniciado los trabajos de busqueda para localizar los restos, favorecido por el nuevo marco legal abierto con la ley de Memoria Histórica, hasta que han chocado con el Ministerio de Defensa.

Según ha avanzado el diario 'El Debate', un equipo de investigación multidisciplinar, liderado por el actual presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, trabaja con la hipótesis que los restos del presidente del Barça fusilado se encuentran en unos terrenos localizados dentro de un recinto militar, concretamente la Residencia Militar Guadarrama, que les ha cerrado el paso. Según el mencionado diario, el equipo de investigación pidió a la Comunidad de Madrid el permiso necesario para realizar las prospecciones, concedido por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso con fecha 8 de septiembre. Una vez conseguido el permiso, el equipo contactó con los responsables de la residencia militar, que en un primer momento no pusieron ningún obstáculo a las prospecciones más allá de pedir detalles prácticos como las personas que participarían, la maquinaria prevista y la duración estimada.

Reinterpretación de la ley

Así, cuando todo parecía en orden y sólo había que esperar al día fijado para hacer la busqueda sobre el terreno, el equipo investigador se encontró con un portazo en forma de carta del Ministerio de Defensa, fechada el 19 de septiembre, en la que se les prohibía el acceso al recinto militar, bloqueando así toda la investigación. En declaraciones de Luis Avial, técnico que forma parte del equipo investigador, en 'El Debate', "nos han negado el acceso y han reinterpretado la ley", ya que Defensa pide ahora que la solicitud la haga un familiar de Sunyol, aunque el hijo del presidente fusilado, el coleccionista de arte Josep Ildefons Suñol i Soler, muerto en 2019, dejó expresamente muestras de ADN para facilitar la identificación del padre y que es la Fundación Suñol, que administra el legado del hijo, quien coordina y firma los documentos necesarios para avanzar en la investigación de los restos de Josep Sunyol i Garriga. Según el medio citado, ya se han presentado alegaciones ante el ministerio de Defensa, pero el equipo investigador no ha obtenido ninguna respuesta. Y los restos del presidente del Barça fusilado siguen, de momento, sin localizar. Pero aparentemente, a tocar de la mano dentro de una residencia militar.