Los comunes se quejan de haber heredado el "pressing CUP" de hace unos años por la aprobación de los presupuestos de la Generalitat y estar viviendo un "pressing comunes". Y como pasó con los anticapitalistas, señalan a Esquerra como los principales responsables de que no se esté avanzando.

Si el sábado anunciaban que suspendían las conversaciones con el Gobierno, hoy Jèssica Albiach ha aumentado la contundencia: "cuando Aragonès haga los deberes, que me llame". Según la portavoz de Catalunya en Comú, después de las siete reuniones mantenidas, el ejecutivo sólo les ha presentado una "semipropuesta, a 29 de enero todavía no sabemos ni siquiera la cifra total de gasto del presupuesto".

En este sentido, ha afirmado que "hemos encontrado más predisposición en las consejerías responsables de Territorio y Función Pública (las que dependen de JxCAT) que en Ensenyament, Salut o Acción Social". Y ha puesto ejemplos. Al lado de la balanza que suma, el retorno de la paga extra a los funcionarios que empezará a devolverse este trimestre y que se hayan abierto a explorar mejoras en la aportación a la vivienda social. En cambio, critican que los republicanos se encierran en banda cuando se les plantea aumentar considerablemente la renta mínima o el presupuesto para los menores no acompañados.

¿Y cómo se lo explican los comunes? Pues su lectura es que en ERC "están con la calculadora electoral a al mano". Acusan directamente a los republicanos de preferir "ser la nueva Convergencia" en vez de querer ser verdaderamente una "fuerza de izquierdas". Y sentencian que "les da miedo aprobar una reforma fiscal".