El rechazo catalán a la monarquía española es un hecho y, en los últimos tiempos, cada día más municipios han querido dejar constancia. Con los cuatro meses que llevamos de año, 17 ayuntamientos han llevado a cabo acciones de rechazo a la figura del actual monarca, Felipe VI, o a la familia real al completo. Un total de 44 lo han hecho desde 2012.

La declaración de persona 'non-grata' es la iniciativa que más ha triunfado en los consistorios. Trece localidades catalanas han aprobado este 2016 mociones para declarar oficialmente a Felipe VI persona 'non-grata'. Breda fue el primero al hacerlo y, siguiendo su ejemplo, se han apuntado Esparreguera, Cervera, Cardedeu, La Bisbal d'Empordà, Premià de Mar, Torelló, Alella, Arenys de Munt, Manlleu, Vic, Alpicat y Montgat.

La mayoría de las mociones han sido votadas en los plenos a propuesta de los grupos municipales de la CUP o de ERC. A nivel general, las iniciativas han recibido los votos a favor de ICV, grupos independientes y algunos concejales con libertad de voto del PSC o de CDC (CiU, en algunos casos).

Su aprobación no tiene consecuencias jurídicas, ya que es un término destinado al uso en diplomacia internacional. Sin embargo, los consistorios utilizan esta declaración de forma simbólica para considerar a la monarquía “no bienvenida” y evitar participar en cualquier acción de reconocimiento hacia esta.

La causa, la actitud del Rey

Los textos de las mociones atribuyen este sentimiento antimonárquico a la actitud del rey Felipe VI hacia Catalunya. Se citan hechos como la negativa a recibir en audiencia a Carme Forcadell, presidenta del Parlament, para que le comunicara el nombramiento del nuevo presidente catalán en enero, cosa que tildan de “falta de respeto institucional”.

Consideran que es la “máxima figura institucional de un Estado que impide el libre ejercicio del derecho a decidir del pueblo catalán” y que la monarquía representa unos valores “completamente alejados de la igualdad entre ciudadanos”.

Los partidos independentistas también reprochan al Rey una “postura no neutral” hacia el procés, que comparan con la actitud imparcial que han adoptado otras monarquías como la británica en el conflicto entre Escocia y el Reino Unido.

Fuera de símbolos

Aparte de la aprobación de mociones, algunos ayuntamientos han actuado de manera más concreta contra los símbolos monárquicos. Muchos han aprobado la retirada de bustos del monarca, han convertido su imagen en una foto tamaño carné y exigen que la familia real renuncie a los títulos que tiene sobre el territorio.

En Girona, el Ayuntamiento condicionó su apoyo institucional a la fundación Princesa de Girona a un cambio de nombre de la misma, para pasarse a llamar Fundación Carles Rahola. Aseguraba que el título no representa la ciudad y, en la misma línea, se anuló el acuerdo del pleno en que se había condecorado a Felipe VI con la medalla, el bastón y el espadín de la ciudad.

Barcelona, cada día más republicana

Desde la llegada de Ada Colau al consistorio barcelonés en junio del 2015, una de las apuestas de gobierno ha sido la defensa de los valores republicanos y la reivindicación del papel de los movimientos populares. En esta línea, se han aprobado todo tipo de medidas para desvincularse de la institución monárquica a la vez que se tiende la mano a la etapa republicana de la ciudad.

El caso más polémico fue la retirada del busto de Juan Carlos I de la sala de plenos alegando que ya no era el jefe del Estado. Meses después, se modificó el reglamento para poder elegir los símbolos del Ayuntamiento y, así, no tener que recolocar el busto del nuevo rey Felipe VI.

Recientemente, se ha anunciado el cambio de nombre de la plaza Joan Carles I, situada en el cruce entre la Avinguda Diagonal y el Passeig de Gràcia, por el de Cinc d'Oros. Además, la sala de plenos también dejará de ser dedicada a la Reina Regent para denominarse Saló Carles Pi i Sunyer, alcalde de la ciudad en los años treinta.

La chispa de Botsuana

El primer pueblo catalán en declarar al Rey persona 'non grata2 fue Berga en mayo del 2012. Esta iniciativa llegó sólo unos días después de la polémica por las cacerías de Juan Carlos I en Botsuana y su aparición en una fotografía posando con un elefante muerto. En aquellos momentos, el movimiento independentista catalán también empezaba a ganar fuerza entre una parte más amplia de la población.

La polémica imagen del rey Juan Carlos I de safari / Rann Safaris

Los concejales de la CUP berguedana creyeron que era “un buen momento para presentar la moción, teniendo en cuenta el descrédito y la indignación que acumula la figura del Rey”. Ripoll, Santa Eulàlia de Riuprimer y Argentona siguieron su ejemplo.

Esta vez, cuatro años después, Breda encabeza una nueva tanda de declaraciones a la que ya se han unido doce municipios más y que está a la espera de ser votada en otros puntos como l'Hospitalet, Sant Adrià de Besòs o Santa Perpètua de Mogoda.