La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Dolors Feliu, ha comparecido este viernes ante la comisión de investigación del CatalanGate en el Parlament de Catalunya para dar testimonio de los miembros de la entidad que fueron espiados con el software Pegasus. Durante su intervención, en la que ha expuesto los casos detectados y los pasos que ha dado la ANC desde el punto de vista judicial para defenderlos, Feliu ha planteado la creación de un fondo para financiar las "querellas necesarias" que estén ligadas a estos casos de espionaje, destinados a cubrir su defensa jurídica, asistencia técnica y psicológica. La presidenta de la entidad ha indicado que lo tendrían que financiar las instituciones públicas catalanas, con el objetivo de evitar que las víctimas se queden "sin recursos ni ampara". Para la ANC, el CatalanGate manifiesta que existe el riesgo de que "cualquier persona de la sociedad civil" pueda ser espiada.

En este contexto, la dirigente de la Assemblea también ha puesto encima de la mesa la necesidad de impulsar "campañas de concienciación" para alertar a la sociedad civil de la posibilidad de ser espiados y, al mismo tiempo, dotarse de herramientas que "dificulten el espionaje" y que estén al servicio de la sociedad civil. Todo viene por el hecho de que, entre las 65 personas espiadas, hay activistas, periodistas, abogados y otras personalidades que no forman parte de la política institucional. Desde la óptica de Dolors Feliu, todavía queda "mucho trabajo por hacer" y ha reclamado un "plan unitario contra el espionaje" y que se pueda denunciar "más allá del Estado y de Europa". "Nos merecemos altavoces de denuncia, justicia y mecanismos de reparación", ha apuntado. El gran riesgo, en opinión de la presidenta de la entidad independentista, es que "si toleramos vulneraciones tan grandes y extendidas de derechos fundamentales y aceptamos el efecto desánimo, estamos debilitando la democracia y la lucha por la independencia".

"Nos vemos relegados a ciudadanos de segunda a quien se les pueden conculcar los derechos impunemente"

En su intervención para explicar la afectación que ha tenido para la ANC el CatalanGate —al menos seis personas de la entidad fueron espiadas con Pegasus, como su expresidente Jordi Sànchez—, Dolors Feliu ha cargado contra el Estado por haber practicado un "espionaje ilegítimo que supone un abuso flagrante de los derechos fundamentales". "Eso merece una investigación a fondo para aclarar todo y depurar responsabilidades, pero el Estado nos deniega una investigación más justa", ha postulado. Paralelamente, Feliu cree que los catalanes nunca han recibido "protección del Estado" y, por eso, cree que se ven "relegados a ciudadanos de segunda categoría a quienes se les pueden conculcar los derechos impunemente", recordando que alguno de los casos de espionaje detectados se habrían hecho, presuntamente, sin autorización judicial —solo se conoce oficialmente para 18 de los 65 espiados—.

Por otra parte, la presidenta de la ANC ha lamentado también que "no sabemos si han dejado de ser investigados" y, sobre los 6 casos confirmados que ha sufrido la entidad, ha criticado que han visto su "privacidad vulnerada" y la de su entorno "simplemente por defender la independencia de manera pacífica". Ante los partidos que cuestionan la veracidad de los casos de espionaje, Dolors Feliu ha querido recordar que las infecciones en los teléfonos móviles han sido confirmadas por tres partes: CitizenLab, Amnistía Internacional y Evidentia, una empresa de peritaje.

Para la Assemblea, hay un "claro interés en criminalizar el movimiento independentista catalán, aunque se caracteriza por los valores democráticos y el pacifismo". "Lo que no podemos tolerar es que eso se utilice como carta blanca para justificar las violaciones de derechos fundamentales y nos preocupa que desde el Estado se esté creando un relato que asocia el movimiento independentista al terrorismo para poder justificar el espionaje masivo", ha añadido. Finalmente, Dolors Feliu ha hecho énfasis en la posibilidad de que la sociedad civil y, en particular, los espiados tengan un altavoz para denunciar estos casos: "Quizás la sociedad sería más consciente de la amenaza que supone este escándalo de espionaje masivo, porque nos puede pasar a todos y todas".