Foto del ecuador de la campaña a falta una semana para las elecciones catalanas: los partidos independentistas –Junts pel Sí y la CUP– resisten con enorme fortaleza las embestidas que están recibiendo del Gobierno español y, en menor medida, de las fuerzas políticas unionistas. Su evolución es moderadamente al alza, si comparamos los datos más recientes con los de principios de septiembre y, por el contrario, en el espacio político no soberanista cunde la impresión, en lo que respecta a mayoría de escaños, que los independentistas ya se les han escapado. En el caso de la candidatura de Junts pel Sí, los tres interrogantes que había a finales del verano han sido resueltos por sus estrategas de campaña: ¿El candidato Raül Romeva sumaría votos de una izquierda soberanista? Está sumando. ¿El presidente Mas encajaría en un rol que no le otorga el papel de protagonista principal en muchas ocasiones? Está funcionando. ¿Oriol Junqueras dispondría de espacio para impedir fugas en el electorado más independentista de la candidatura? Está blindándolo. No creo que las encuestas que hoy y mañana puedan publicarse varíen este análisis; en todo caso, lo confirmarán ya que está muy consolidado. También el voto de la CUP es más pétreo y desde el principio ha sufrido menos oscilaciones electorales.

Con este escenario, incomprensible de entender desde Madrid, sobre todo después de haber lanzado varias bombas informativas de importante calibre y haberse implicado muy a fondo los más importantes medios de comunicación, la última conocida obligar a los bancos a pronunciarse sobre el proceso catalán, la pregunta más repetida en los despachos del poder es: ¿Por qué no bajan las expectativas electorales de los partidos independentistas? El tiempo se está acabando, aseguran, y muchas de las mejores cartas a emplear en esta partida han sido ya jugadas. Tampoco la participación el 27-S, que ya se calcula alrededor del 70% del censo, está sirviendo para alterar mayorías. La última semana de campaña será decisiva para confirmar o descartar la mayoría absoluta de Junts pel Sí.