Efectivamente, el año 2019 será el año de las mil batallas, algunas previstas y seguramente surgirán otras que no las tenemos previstas y que cambiarán sobre la marcha el curso de los acontecimientos. La incertidumbre es total y no saber lo que pasará añade emoción al campo de batalla o mejor dicho a los campos de batalla, porque son diversos, pero en todos Catalunya sigue siendo la referencia principal.

De entrada, nos encontraremos con la tormenta política que descargará cuando el Congreso tumbe el proyecto de presupuestos elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez, porque los grupos independentistas no los avalarán. La ofensiva de las derechas para hacer caer el ejecutivo español y provocar elecciones será ensordecedora, pero con presupuestos o sin, Sánchez no tiene ninguna intención de convocar elecciones antes del verano, según informan interlocutores del presidente del Gobierno que han hablado del asunto directamente con él. Es bastante lógico. Ahora mismo, Sánchez no tiene mucho que ganar convocando elecciones y muchas posibilidades de perderlo todo, incluso el liderazgo socialista, teniendo en cuenta la cantidad y la influencia de los adversarios internos que continúan conspirando contra él al servicio de Su Majestad. Sin embargo, no acabaremos el año sin elecciones generales. La previsión es que Sánchez convocará en otoño si no encuentra un ancla para continuar hasta el 2020, hoy por hoy tan inimaginable como sería el indulto o la amnistía de los presos.

Sin presupuestos y sin elecciones, la ofensiva crispadora de la derecha crecerá hasta el aburrimiento, también en Catalunya, donde parece que tampoco el Parlament aprobará las cuentas del Govern. Siendo como es grave tener que funcionar con presupuestos prorrogados, tampoco parece que éste sea el problema principal del Ejecutivo de Quim Torra, que malvive pendiente de un juicio a los líderes independentistas que determinará la acción de gobierno, la propia supervivencia del ejecutivo y el curso del proceso soberanista, con partidarios y detractores de poner en práctica la vía unilateral. Y esta batalla comenzará antes del juicio, cuando se pondrá en evidencia la gran contradicción que supondrá aceptar el traslado de los presos en Madrid para que asistan a un juicio que se considera injusto y cuya sentencia no se piensa acatar… Varios colectivos se organizan para las protestas y algunos se proponen como objetivo empezar por impedir el traslado de los presos. Tampoco en esta circunstancia habrá unidad soberanista.

El juicio a los líderes independentistas será el evento más importante del año, porque también serán la justicia española y, de rebote, el régimen político español los que se someterán a juicio del mundo

El juicio será el evento más importante del año, porque no sólo será una causa general contra el independentismo, también serán la justicia española y de rebote el régimen político español los que se someterán a juicio del mundo, tras la involución antidemocrática que ha sufrido el régimen del 78, y todo transcurrirá en el ambiente de crispación previsto desde el comienzo, pero muy acentuado por la batalla electoral de los comicios autonómicos y municipales del mes de mayo. Y no hace falta decir que la coincidencia del juicio, las protestas, las contraprotesta y la campaña electoral tendrá efectos explosivos e imprevisibles. Si los presidentes autonómicos no han podido evitar hacer campaña anticatalana en sus discursos navideños, de qué no serán capaces cuando se encuentren a punto de jugarse la silla.

El resultado de las elecciones municipales tendrá poca trascendencia en cuanto al gobierno español, que intentará mantener con mala salud de hierro su interinidad hasta llegar al otoño, pero marcarán una inflexión en el movimiento soberanista. Descartadas las candidaturas unitarias y confirmado el minifundismo mental y político del independentismo, existe la posibilidad real de que Ciudadanos conquiste importantes alcaldías en el Barcelonès y el Baix Llobregat. No hay que olvidar que la candidatura de Inés Arrimadas el 21-D fue la más votada en Barcelona y en los diez municipios más poblados de Catalunya. Desde entonces, todo ha cambiado mucho. Los socialistas vuelven a existir y el partido de Albert Rivera ha radicalizado hacia la derecha hasta pactar con Vox. Precisamente por ello, si Ciudadanos llega a conquistar la alcaldía de la capital y de otras ciudades importantes, no hace falta decir que todo será diferente. Incluso las sentencias de los juicios. Y la "rebelión contra la injusticia" que ha reclamado el president Torra tendrá una intensidad diferente.

Habrá, pues, una batalla tras otra y cada una determinará el resultado de la siguiente. Y lo que es más sorprendente es que se plantean batallas sin que nadie tenga asegurada la victoria. Sun-Tzu sí lo tenía claro: "Cuando las leyes de la guerra señalan una victoria segura es claramente apropiado entablar batalla, aunque el gobierno haya dado órdenes de no atacar. Si las leyes de la guerra no indican una victoria segura, es adecuado no entrar en batalla, aunque el gobierno haya dada la orden de atacar". Feliz año a todos.