Cuando veo la avalancha de personas que cruzan la frontera oeste de Ucrania en dirección a Eslovaquia, Rumania, Hungría y, sobre todo, Polonia no puedo evitar pensar: "¿y si el objetivo final de Putin, aparte de reubicarse en el escenario mundial y negociar una paz a cambio de quedarse definitivamente los territorios que ya considera "suyos" (o sea, el Donbass y Crimea y alguna cosita más relacionada con el gas o vaya a saber qué), es hacer una limpieza étnica en el resto de Ucrania?". Oiga, es que estamos hablando del éxodo de más de dos millones de personas en una invasión que ha empezado hace cuatro días. Es que se ha ido mucha gente. Es que, a pesar de ser es cierto que los últimos días el flujo ha ido a menos, de seguir así pronto podemos estar hablando de cinco millones de personas que se marcharán de su país de una población total de cuarenta y un millones. Y eso significa el 12%. Y todo eso de momento, cuando Putin todavía no ha atacado todo el territorio.

El peor escenario para que esta limpieza sea posible es si hay paz, pero con Putin controlando el país directamente o indirecta. En estas circunstancias mucha de la gente que ya se ha marchado no volverá seguro y mucha otra que continúa en el país, ya bien sea combatiendo o sencillamente resistiendo, irá detrás. Lógicamente. Porque no querrá vivir bajo la bota del régimen putiniano. En cambio, si al final hubiera una paz más o menos "homologable" y con un gobierno Zelenski que mantuviera una Ucrania independiente y lo bastante autónoma de Moscú, pero fuera de la UE y de la OTAN para no hacer enfadar mucho a Putin, no tengo muy claro que muchos de los que se han ido decidieran volver. Porque pueden pensar que en cualquier momento quizás se tienen que volver a marchar ya que el zar que vino de la KGB -o quien venga detrás suyo- vuelve.

Usted póngase en la piel de los refugiados que estos días llegan a nuestro país. Familias enteras con criaturas y también mujeres que han dejado a los hombres en el frente y huyen con sus hijos. Si a estas familias que han venido, las cosas les van más o menos bien, ¿no tendrán la tentación de quedarse? Y las mujeres que tienen la pareja allí, si él consigue salvar la vida -ya no le digo si muere en combate-, ¿no acabarán pensando que entre un país destruido y que durante un tiempo sufrirá una amenaza permanente y un lugar donde puedes tener un futuro más o menos estable, con los niños que ya habrán vivido un tiempo aquí y empezarán a tener un espacio propio, tal vez es mejor quedarse y empezar una nueva vida?

Por lo tanto, como que ha sido una practica históricamente muy habitual por parte de la Unión Soviética echar poblaciones enteras de territorios deseados, llevándo a término varios genocidios de etnias y culturas que ocupaban territorios donde ahora todos sus habitantes son rusos, ¿por qué no puede ser probable que quien se cree un imperio y actúa como tal, quiera repetir ahora la jugada? Total, que dándole vueltas a la idea, he hablado con un par de personas que saben de la cosa. De Ucrania y de Rusia, pero también de conflictos en la zona y de sus efectos. Y las dos coinciden en que todavía es pronto para poder asegurarlo porque hace falta esperar que acabe el conflicto militar, se consolide la situación y observar los movimientos posteriores. Ahora bien, me dan un dato preocupante y que las hace sospechar que detrás de los movimientos de Putin podría haber un intento de limpieza étnica: los corredores humanitarios. A las dos les recuerdan mucho lo qué sucedió en su momento en Yugoslavia. Aquello que, en principio, debía servir para salvar la vida de los civiles fue aprovechado para llevarla a cabo sin ninguna manía. Pues no sea caso que ahora no suceda una cosa igual.

Pensemos que Putin ha tenido mucho tiempo para preparar su estrategia. La militar, sí, pero sobre todo la económica y la social. Y conquistar a la vecina Ucrania por la vía del censo es demasiado goloso como para no contemplarlo.