Cuando tú quieres vender las virtudes de una cosa que tiene de todo menos virtudes y, además, lo haces tan mal que todo el mundo ve que estás vendiendo las virtudes de una cosa sin ninguna virtud, cagada. Porque quedas en evidencia. Y en una cuestión tan sensible como el precio de la electricidad, que es lo qué nos ocupa, es una cagada con balcones a la plaza del ayuntamiento. Pero que no sufran (los de la cagada), porque ya no nos viene de una. Sobre todo, porque tienen la sartén por el mango. En eso también. Subirán tarifas y no pasará nada.

Los usuarios tenemos la percepción que la electricidad es un gran negocio de unos pocos que hacen lo que quieren sin dar explicaciones. Y con un servicio donde a los clientes nos tratan de manera tal que sólo les falta obligarnos a remar encadenados en un asiento mientras nos hacen cantar góspel. Servidor de usted, por ejemplo, ha dedicado horas y horas a preguntar a gente que sabe mucho y a leer cosas sobre el funcionamiento de la generación y posterior distribución de la electricidad y de cómo se deciden los precios. Y no he entendido nunca nada. De nada. Y eso sólo tiene tres explicaciones posibles. O bien 1/ soy extremadamente limitado, 2/ quién redacta las leyes y los reglamentos sobre el tema tiene varios coágulos cerebrales que le impiden escribir tres palabras seguidas que se entiendan o 3/ ya los escogen todos siempre con coágulos porque de lo que se trata es de que no entendamos nada. Si me pide la opinión, yo creo que la 1 pesa mucho, sí, pero sin la 2 y la 3, creo que servidor habría tenido mucho más éxito.

Ahora se ve que tocaba subir tarifas. Y para hacernos creer que no, se han inventado una campaña para que parezca que nos acabarán haciendo un favor y que cuando nos llegue la factura todavía nos pagarán dinero y todo. La propaganda del Gobierno es esta:

Luz

Si fuéramos plutonianos y aterrizáramos aquí con aquella inocencia que tienen los plutonianos (y las plutonianas), diríamos: "¡caray, que chollo, tú! Puedes utilizar todos los electrodomésticos a precio de ganga de 12 de la noche a 8 de la mañana y los fines de semana enteros!". Pero no. ¿Analizamos el ejemplo de la lavadora? De 12 de la noche a 8 de la mañana, ni usted ni yo podemos poner ninguna. A no ser que vivamos en medio de la nada. Y no podemos hacerlo porque la ley prohíbe hacer ruido. Sí, ya sé que cuando de madrugada hacen fiestas en el piso del lado o debajo de la ventana de su dormitorio, nunca pasa nada ni viene la policía, pero puede apostar que si pone una lavadora a las 4 de la madrugada acaba en un juicio por sedición. Pero es que hay otra cosita: va, programas la lavadora a las dos, se acaba a las cuatro. ¿Y entonces, qué? ¿Te levantas a tenderla para que no se hagan champiñones y la ropa no se quede con más arrugas que la frente de un miope intentando leer la carta de un restaurante? Y con respecto al fin de semana, si vives solo de acuerdo, pero a partir de dos de familia no puedes acumular toda la ropa para empezar a lavar el sábado sin descanso.

Pero es que el problema no es la lavadora, sino la nevera. Por ejemplo. Porque gasta más del triple de kilovatios. Y este electrodoméstico sí que no lo puedes tener apagado todo el día y ponerlo en marcha de madrugada y los fines de semana. A no ser que quieras alimentarte de comida podrida. Y el problema también es el congelador, que gasta más del doble que una lavadora. Y el televisor, y el ordenador (y si teletrabajas, mucho más), y la secadora, y el microondas, y el horno eléctrico, y el secador del pelo, y el aire acondicionado (si tienes)... y pronto será cargar el coche.

Y el problema tampoco no es la plancha. Y hablo de ella por este titular que se ha hecho famoso:

El país

La verdad, ponerte el despertador a las 3 de la madrugada y empezar a planchar camisas, total para ahorrarte tres euros al mes, y teniendo en cuenta que si te duermes encima de la plancha lo único que conseguirás es que cuando la gente te vea exclame "mira, ya viene el señor barbacoa", pues eso, que no acaba de ser buena idea. Y si en una madrugada tienes que planchar toda la ropa de las lavadoras del fin de semana, ni se lo explico.