Dos días seguidos ha sido el 662970212. Y este mediodía a las 15.02 el 910882543. Números que de una hora lejos apestan a la típica empresa pesada dedicada a molestar ciudadanos impunemente. Llaman a cualquier hora del día del lunes a domingo. Los 910 y parecidos ya ni se me ocurre contestarlos y los bloqueo directamente. Pero el 662 podría ser un móvil de alguien que me ofrece un trabajo y, por supuesto no contesté, pero lo busqué en google a ver qué. Y como no conseguí aclarar si era spam o no e, incluso, en alguna parte salía que era un número del ayuntamiento de mi pueblo, de momento no lo bloqueé. Antes de hacerlo le envié un SMS preguntando quién era. Por si las moscas. Como que no recibí respuesta y posteriormente me han llamado unas cuantas veces más en horas que no son de ayuntamiento, adiós. Hasta nunca. También bloqueado.

Y le hablo de estos dos números porque han entrado recientemente en mi vida, pero podría ser cualquiera de estos otros, de entre muuuchos, que me han ido llamando repetidamente los últimos dos años, y que he ido bloqueando: 607100108, 648616299, 662970218, 662970255, 662980247, 62980239, 662990803, 662997080, 668690302, 668691159, 668695267, 881240554, 910059075, 910288300, 910288400, 910288407, 910482341, 910601563, 911096034, 911096076, 911096079, 911231250, 911424457, 911453627, 911549115, 911781051, 911196319, 912909494, 912909953, 912909962, 912909902, 912909927, 913408602, 913309038, 913558229, 913589972, 914232003, 914731770, 916258051, 916258287, 917710289, 917887250, 919490362, 919600637, 919600806, 927770997, 931355935, 931846969, 933935050, 933935051, 937558004, 937558229, 942093047 o 955040000.

Y podría seguir porque la lista continúa. Alguna vez, si estoy de humor y tengo tres minutos, contesto. No diré públicamente los argumentos que uso para divertirme porque si no ya no me servirán, pero son infalibles. El caso es que estoy apuntado a la lista Robinson, que debería servir para que toda esta gentuza me dejara en paz. Pero no. Que cada semana sea molestado por, como mínimo, cuatro números de teléfono de empresas a quienes no les he solicitado ningún servicio y su existencia y ofertas me lamen un pie y parte del otro, es un escándalo y una vergüenza. Y es intolerable.

Cuando nos llenamos la boca con la protección de datos, cosa que me parece fantástica, resulta que 1/ en los mostradores de los CAP, en un montón de gestiones públicas o cuando encargas un pastel, tienes que gritar un montón de información personal tuya a través de la mascarilla y sobrepasando una pantalla de plástico, cosa que hace que la oigan incluso en Plutón (y en algunos lugares lo rematan diciendo tu nombre por megafonía) y 2/ gente de la cual no sabes ni la existencia, tienen tu nombre, apellidos, número de teléfono y compañía con quien tienes contratados ciertos servicios y los consumos y, además, se otorgan la potestad de poder molestarte cuando les pasa por la narices. Y se lo permiten. Y nadie hace nada. Y mire que sería sencillo acabar con eso.

Cualquier número reportado cinco veces, que con cinco llamadas ya queda claro a que se dedican, línea eliminada y multa hípermillonaria a quien lo ha contratado. Y listos. Y se acabaría rápido con esta molestia incomoda y este abuso intolerable. Ah, y otro día hablaremos de las empresas y las administraciones que de ellos hacia ti tienen línea directa e, incluso, usan cartas certificadas o el mítico burofax, y que cuando eres tú quien te te tienes que dirigir a ellos, en el mejor de los casos te tienes que entender con una puta máquina que contempla todas las opciones menos la tuya y que después de marearte durante no-se-cuánto rato, te cortan la comunicación.