Junts per Catalunya, PDeCAT, Casa de la República, Consejo Asesor para el Impulso del Foro Cívico y Social para el Debate Constituyente, Consejo de la República... Demasiados nombres en demasiado poco tiempo.

Y desde hoy, también, la Crida, que este sábado se ha presentado en Manresa, en un acto donde nos han dicho que el objetivo de esto que han fundado es disolverlo lo más rápido posible. ¿Cuándo? Cuando en Catalunya se haga efectivo el mandato del 1-O.

El caso es que hoy no ha sido fácil llegar al nuevo pabellón del Congost. El atasco era total y aparcar era tan complicado que hay gente que ha dejado el coche en Cardona. Concretamente a las afueras de Cardona.

La prensa teníamos wifi. Y esta vez funcionaba. La contraseña era cridanacional27. Y no, no me pregunte que quiere decir este 27. Ni idea.

En cada asiento había un cartel. Por una parte era amarillo y estaba escrita la palabra libertad. Por el otro lado era blanco y ponía "unidad".

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En la grada había colgadas tres esteladas. En los momentos de más pasión, han aparecido otras once.

Esto de la Crida funciona de la siguiente manera: La gente paga un mínimo 10€ para apuntar-se, pero uno de los organizadores me dice que la media de aportaciones por persona es de 30€. O sea, que ahora ya sabe quien paga todo esto.

Pues bien una parte de estos que pagan, concretamente unos seis mil, han llenado el pabellón y una carpa anexa para ver un acto que ahora mismo le resumo así al por mayor:

Al principio han hecho una breve conexión con Waterloo para ver al presidente Puigdemont. Y todo el pabellón se ha puesto de pie para gritarle "presidente, presidente", incluido el president Torra. El president de allí ha dicho que después volveríamos. O sea que ha sido esto que en las televisiones le llaman un next, que no es otra cosa que avanzar un contenido posterior.

Se ha hecho un homenaje a los encarcelados y exiliados, diciendo sus nombres individualmente junto con los días que están en la prisión o en el extrajero. Y el público ha estado todo el rato de pie aplaudiendo. Y se ha gritado mucho la palabra "unidad". El problema es que otros partidos que no han venido a Manresa también hacen llamamientos a la unidad. Todo el mundo grita unidad, pero desde su propio espacio y pidiendo unidad a los otros, que es como invitar a los amigos a jugar a fútbol pero siempre con tu pelota y sólo con tu pelota.

La primera de las tres parejas intervinientes la han formado Xavier Sala Martín y Ramon Cotarelo, que ha hablado en catalán. Después de una actuación musical, ha hablado Pep Andreu, alcalde de Montblanc por... ¡Esquerra! Y el pabellón ha vuelto a gritar "unidad". Y la primera frase de Andreu ha sido pedir una lista unitaria a las europeas. Ahora falta saber a qué le lgrita Esquerra a Andreu. Seguidamente han subido al escenario a la exdiputada de  Esquerra Maria Àngels Cabasés, la ex PSC y ex consellera del Tripartito Marina Geli, algunos alcaldes del PDeCAT, miembros de la ANC, Oriol Sánchez -hijo de Jordi Sánchez-, Laura Turull y Anna Forn, entre muchas otras personas más o menos anónimas representante diversos ámbitos. Acabada la breve frase que cada uno ha decidido decir, depositaban el discurso en una urna modelo 1-O, como si votaran.

El pequeño momento de revuelo se ha producido cuando han anunciado la intervención de Gemma Geis i Sixte Morral y resulta que a quien tocaba hablar era a Elsa Artadi y a Ferran Mascarell. Y, mientras, por la pantalla gigante ha aparecido durante un segundo y medio un logo del Banco de Sabadell. Inquietante.

Después han leído un mensaje de Jordi Sánchez donde ha dicho que "si no se hicieron bien las cosas fue por la desconfianza y la rivalidad partidista". No está mal...

Quim Torra ha hablado de la "declaración política de independencia" (ojo con la coletilla "política") y ha dicho que "esto de la monarquía se ha acabando", cosa que ha provocado el grito unánime de "Fuera el Borbón". En aquel momento he mirado la puerta del pabellón por si entraba el TC. Y no.

Cuando Torra ha citado a Pedro Sánchez, se ha producido la gran pitada del día. Y todo el mundo ha empezado a gritar "ni un paso atrás". Y el president de aquí ha recogido la respuesta popular en forma de centro y ha remetado con la frase "el crédito político del presidente Sánchez se ha acabado", cosa que ha provocado la aparición en la gradería del clásico y un poquito olvidado "in, inde, independencia". Sobre el juicio que empezará pronto, Torra ha dicho: "Os pido que no aceptemos una sentencia de culpabilidad. No tenemos nada que perder, como mucho las cadenas".

Finalmente, a las 20.52, segunda conexión con Waterloo para que Puigdemont nos dijera que hace falta una manera nueva de hacer las cosas.

Y me quedo con esto de la nueva manera de hacer las cosas. En el siglo XIX los periodistas iban a los sitios y dos días después se publicaba lo que habían visto y gracias a un ciclostil a pedales. En el siglo XXI los periodistas hacen su crónica en papel, en digital, por radio o por TV, sí, pero también tuitean fotos y vídeos de lo qué sucede en el mismo momento que sucede. Y eso llega a miles de personas. Y eso es información. Información que favorece a quien organiza el acto porque le da resonancia instantánea. Pero si en el siglo XXI resulta que no permitimos que los periodistas se sitúen en un lugar discreto, sin molestar, para poder explicar en imágenes y al instante qué está pasando, que informen con un concepto audiovisual de las cosas, volvemos al siglo XIX. Ojo, pero no hay ningún problema, todo el mundo elige en qué siglo de la comunicación quiere estar.