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Francesc Homs i Molist (Vic, 1969) es el político más pujolista que queda en activo. A veces incluso parece una parodia del expresidente, pero sin la corrupción, ni el grosor intelectual, ni mucho menos el valor físico. El presidente Mas ha evolucionado, o se ha adaptado a la sociología. Homs, en cambio, nació con la bandera y el carnet del Barça bajo el brazo. Igual que le pasaba a Pujol, el corazón le pide sacar el Estado español de Catalunya ni que sea a patadas, pero como no tiene claro cómo se puede hacer y piensa que en Madrid son muy bestias, es extremadamente escéptico y posibilista.

El candidato de Democràcia i Llibertat está seguro de que, sin un golpe de suerte o un milagro, la independencia no es posible. Como cree que sería inútil intentar mantener una conversación racional con el grueso de sus votantes, va dando largas con un discurso irónico y autojustificativo, mientras espera que Dios intervenga y tenga piedad de Catalunya. Homs, igual que Oriol Junqueras, se formó en la FNEC, el sindicato universitario que alimentó a los cuadros políticos del país antes que Miquel Roca creara la JNC para domesticar el independentismo natural de los chicos educados en las escuelas catalanas. A veces pienso que su cara de niño es una metáfora de los efectos que la ocupación ha tenido en Cataluña.

El presidente Mas ha evolucionado, o se ha adaptado a la sociología. Homs, en cambio, nació con la bandera y el carnet del Barça bajo el brazo
Miembro del llamado pinyol (o núcleo duro) de CDC, Homs ha sido el portavoz de la Generalitat y el brazo derecho de Mas durante el proceso. Desde joven siempre había dicho que prefería mantenerse en segundo término, actuando a la sombra del poder. Pero con la muerte política de Oriol Pujol a raíz del caso de las ITV, ha quedado con vía libre para aspirar a todo. El candidato de DiL dice que va a Madrid a negociar la independencia. En realidad, la idea es conservar un poco de poder y presionar esperando que una coyuntura favorable deje al Estado español entre la espada y la pared.

Homs tuvo un papel central en la negociación del Estatut y, por lo tanto, sabe cómo las gastan en Madrid. Mientras CDC pretenda separar la voluntad política de los catalanes de la legalidad jurídica vigente en Catalunya, daremos vueltas a la noria. Pero nos lo pasaremos bien, porque Homs cuando habla siempre es muy divertido.