Solo este año las tecnológicas en China han perdido 1 billón de dólares de capitalización. No sólo eso, este descenso parece no tener fin. Justo anteayer Ali Baba, uno de los valores estrella del universo chino, sufría un descenso de un 4% en un solo día.

Todo empezó en noviembre, cuando el IPO de Ant Technologies (Ali Baba) con un valor de 37 mil millones de dólares fue suspendida por el Partido Comunista chino dos días antes de hacerse. Después vinieron multas millonarias y, en julio, pocos días después del IPO de 4 mil millones de dólares en el mercado de Nueva York, Didi – el Uber de China, ampliamente utilizado y muy popular – fue acusado de transgresiones en la privacidad de los datos y su app fue retirada de las app stores, haciendo imposible conseguir nuevos clientes. Después de eso, unos de los mercados con más éxito en China – EduTech – el de las escuelas que ayudan a completar y tener éxito a los estudiantes en el supercompetitivo modelo educativo chino, fue declarado ilegal si no era sin ánimo de lucro, (no lo era), cancelando el modelo de negocio de muchas iniciativas, online o no, que hacían desde computación o matemáticas hasta inglés o violín. Hace pocos días, a principios de agosto, un portavoz del Partido Comunista chino declaraba los juegos online de Tencent – el WhatsApp chino – como "opio para la mente" e imponía severas medidas entre las cuales había restricciones a menores que solo podrán jugar unas horas los fines de semana. Las acciones de Tencent llegaron a caer más en un 10%.

¿Qué está pasando en China? ¿Por qué el país parece querer cargarse sus compañías estrella, líderes en IA (inteligencia artificial)?

Esta es la pregunta que todos los analistas se hacen y que parece, al menos de momento, que no tiene explicación concreta. Todo son conjeturas, pero empezamos a entrever la luz en un tema opaco y en construcción. Aquí hay algunas respuestas. El lector tiene que entender, sin embargo, que son conjeturas, nadie sabe en Occidente qué está pasando en China y China tampoco, es un tema en construcción.

  1. La explicación es multifactor. Por ejemplo, una parte del problema con Ant Technologies es la lucha entre los bancos nacionales y las empresas de fintech que proporcionan hoy día la mayor parte de los créditos y las inversiones en China, prácticamente online con interfaces y aplicaciones muy avanzadas tecnológica y financieramente. Los bancos nacionales, estructuras anticuadas y burocratizadas, se resisten a morir. Situaciones parecidas las encontramos en actuaciones como las de Didi, etc.
  2. El Partido Comunista no es el que te piensas. El Partido Comunista chino no responde a la visión que a menudo se tiene en occidente. Tiene más de 95 millones de miembros multimillonarios y funcionarios públicos muy preparados. El funcionario público chino asciende en base a una estructura meritocrática que requiere que consiga los objetivos primero a nivel local, después a nivel regional, etc. Obviamente no todos responden a este perfil, las ramas de las fuerzas armadas y la sindical están lejos de eso. Es decir, no es un partido tan homogéneo como a menudo creemos. Ahora bien, como todo en la sociedad china está integrado, es clave.
  3. Una preocupación moral y por los valores... y el control. Los valores morales son muy importantes en China, algo que no se quiere perder y que se ven desafiados constantemente por el mercado, la competitividad extrema y la cultura occidental, especialmente en los jóvenes. La destrucción reciente de las empresas de EduTech obedece a esta preocupación. China – al menos el Partido Comunista chino – no quiere ser Occidente. El control de los valores es algo muy importante, una rama del PC chino está dedicada a controlar los medios y el partido tiene una capilaridad que llega a cada empresa, a cada barrio, a cada distrito y también en el mundo online. Un ejemplo de esta capilaridad online es la armada Wu Mao Army (50 Cent Army). Se trata de funcionarios y adictos al Partido que en su tiempo libre se dedican a escribir mensajes online defendiendo posturas pro-China. Se calcula que entre 500 mil y 2 millones de personas se dedican a esta tarea habitualmente.
  4. Deep-tech vs e-commerce. Hablamos de tecnológicas, pero no todas las tecnológicas se ven afectadas. A empresas como Huawei no le ha pasado nada. Ninguna de las tres grandes de smartphones Xiaomi, Oppo o Realme se han visto afectadas. Empresas más pequeñas como DJI (drones) tampoco se han visto afectadas, ni los fabricantes de coches. Se entrevé una preocupación hacia empresas d'e-commerce o redes sociales. Incluso las que colaboran ampliamente con el gobierno como Tencent (buena parte de los servicios públicos están en el WhatsApp chino, concretamente todo lo que está relacionado con la covid). Aunque la mayor parte de la pericia china en IA y Cloud se encuentra en empresas como Ali Baba y Tencent, y estas dos áreas son claves para la estrategia china, parece que su potencial influencia en la sociedad se ve con recelo.
  5. La preocupación por la igualdad. China es un país comunista, pero bastante desigual, donde los multimillonarios conviven con poblaciones que justo ahora salen del umbral de la pobreza. Hay una preocupación genuina por conseguir una economía que distribuya la riqueza de una manera más equitativa. Pensemos que una gran parte de la legitimación del Partido Comunista recae en su éxito en la gestión (la gestión de la covid por ejemplo) y su capacidad de convertir China en un país próspero.
  6. Los datos. En China hasta hace poco había cuatro factores de producción: la tierra, el trabajo, el capital y la tecnología. Pensad que es un país comunista y para entender su lenguaje hace falta desempolvar los tratados de economía marxista y hablar de factores de producción y lucha de clases. Bien, hace poco se declaró otro, los datos, que será el quinto. Y es tan importante que el próximo 1 de noviembre entra en vigor la PIPL (Personal Information Protection Law), similar en sus objetivos a nuestro GDPR (RGPD) y se está preparando una normativa sobre datos que quiere ser la más avanzada del planeta. Poco se sabe de esta nueva normativa, pero solo la intención de establecerla, junto con la importancia que se le da entre los factores de producción, nos dejan vislumbrar su importancia.
  7. El crecimiento de la economía y los mercados de capitales. Paralelamente a todo eso, Elon Musk hace su GigaFactory en Shanghái sin obstáculos a una velocidad de vértigo (mientras tiene mil problemas burocráticos para la de Berlín). ¿Cómo es posible que Tesla no tenga problemas en China mientras que Ali Baba, Didi y Tencent están entre las cuerdas? Bien, claro está que China quiere convertirse en el primer exportador de coches del mundo, en el primer fabricante de baterías y tomar el liderazgo de este mercado a las marcas japonesas y europeas. No solo eso, el CA-919 de Air China, a pesar de no estar a la altura del Airbus A320 o del Boeing 737, acorta el terreno de una manera considerable. Parece claro que estas industrias más pesadas donde China puede posiblemente competir mejor que en e-commerce o redes sociales tienen el apoyo del gobierno.

Hasta aquí hemos pasado revista a siete explicaciones de un fenómeno complejo que está trastornando los mercados este año y lo seguirá haciendo, al menos hasta que las posturas se clarifiquen un poco más y las nuevas legislaciones se aprueben.

Nada de todo eso es gratis, buena parte de los sectores más dinámicos, las innovaciones más interesantes y el know-how en IA, Cloud, Machine Learning... se están comprometiendo. Parece ser que es un precio que los responsables del Partido Comunista chino están dispuestos a pagar.

Menos capitalismo global y más estado chino, en esta lectura sí que parece estar todo el mundo de acuerdo.