Cualquier analista político, articulista, tertuliano, cuñado o biólogo marino hubiera pronosticado la dimisión de Carlos Mazón hace un año. Pero, ¡ay!, no solo no se fue entonces, sino que no lo hace ni ahora, cuando cada vez es más conocido y vergonzoso lo que hizo y, sobre todo, lo que no hizo. Otra cosa será que ya no lo dejen volver a presentarse. Pero la vergüenza queda ahí para siempre. Y ya nadie se acuerda de la maniobra política y mediática montada para convertir a Pedro Galgo Sánchez en el culpable de la negligencia. Ahora Feijóo ya no sabe dónde meterse cuando le preguntan por Mazón.

El presidente valenciano hizo lo único que un político no puede hacer en un momento como aquel: nada. Y sobre la nada, su comida en El Ventorro y vete a saber qué más, ha construido una gran mentira que empezó ese mismo día para tapar una realidad que no se puede eliminar: mientras su pueblo se ahogaba, él disfrutaba de una comida y una tarde libre. Después de un año, y gracias al trabajo periodístico, solo queda una incógnita por resolver: ¿dónde estuvo durante los 36 minutos en blanco entre las 18.58 y las 19.34? Respuesta: en un parking o en su casa. Y cualquiera de las dos opciones es un escándalo. Lo sería incluso si ya entonces hubiera ido a trabajar.

¿Cómo puede vivir Mazón llevando consigo estos 229 muertos?

Las consecuencias de la crisis climática que todavía hay quien tiene el morro de negar, de un urbanismo que era un desastre y de una gestión de la protección civil y las emergencias en manos de inútiles políticos, llevaron al País Valencià a uno de sus días más negros. Ahora Mazón ha anunciado que el 29 de octubre será día oficial de luto en recuerdo de los 229 fallecidos. Y en una declaración institucional desde el Palau de la Generalitat, dijo, con la boca más bien pequeña, que "hubo cosas que habrían tenido que funcionar mejor" durante la gota fría.

Pero la pregunta es: ¿cómo puede vivir él llevando consigo estos 229 muertos? ¿Cómo levantarse cada día, afeitarse frente al espejo e ir a trabajar sin pensar que podía haber hecho mucho más? ¿Por qué no se va? Dicen que por tres razones: para garantizarse un sueldo hasta jubilarse, para tener el aforamiento judicial y para que el PP no pierda el apoyo de Vox. Pero, ¿de verdad estas cosas están por encima de su dignidad y de su mala conciencia?

Sinceramente, a cualquier político del PP debería caérsele la cara de vergüenza y deberían subírsele los colores a la cara cada vez que le hacen una crítica a Sánchez por no se sabe cuántos males. Nunca ninguno será tan terrible como el que arrastra uno de sus presidentes autonómicos. Y la persistencia en mantener la poltrona debería inhabilitar a Feijóo de cualquier crítica a sus rivales políticos, que siempre, siempre, siempre, será por motivos infinitamente menores que aquellos por los que cada vez más gente en el País Valencià le ruega a Mazón que se vaya a casa. A dormir la mona o lo que sea. Ahora, por favor, que la alternativa no sea peor. O peor. Ojo que no vuelvan a votar a los mismos. No sería la primera vez.