Semana densa, densísima. Intentemos resumirla en unos cuantos apuntes más o menos de urgencia.

1) La real convocatoria. La semana empezó con la inédita convocatoria de elecciones generales de repetición para el 26J por el Rey de España. Atención: nunca en la historia reciente de la democracia española el jefe del Estado ha disuelto las Cortes por incapacidad -sí, incapacidad manifiesta- de los líderes de los partidos para escoger a un presidente que forme gobierno. En los años veinte, la historia habría acabado con un “directorio militar presidido por Su Majestad”. Por suerte, la teoría del eterno retorno de lo idéntico preconizada por el gran Nietzsche, no es nada más que eso: una teoría. Y El día de la Marmota una película algo asfixiante.

2) De la DUI al RUI. El procés (alerta, Anna Gabriel), se masculiniza. La famosa DUI (Declaración Unilateral de Independencia) está mutando a marchas forzadas en un nuevo concepto: el RUI (Referéndum Unilateral de Independencia). De sopetón, en los cenáculos del independentismo no se habla de otra cosa esta semana: del RUI. ¿En qué consiste, exactamente? Me informo: en un 9N “con todas las de la ley” (catalana, por descontado), le pese a quien le pese. Interesante. Pero suena demasiado a la versión “indepe” del referéndum para pedir el no a la independencia que En Común Podem y Podemos han defendido como nuevo paradigma para plantar cara al independentismo y enviar a las buhardillas de la historia el federalismo en que nunca creyó el socialismo. Hoy por hoy, apunto que el frame “referéndum”, podría haber ganado la batalla del relato pos-27S. El podemismo-coaluismo empieza a hacer el trabajo de verdad. De la DUI, al RUI. Seguiremos informando.

3) Juntos en Madrid pero cada uno en su casa. No habrá un nuevo JxSí aprovechando la ocasión de la real repetición de las elecciones. ERC ha dado calabazas a Francesc Homs desde el primer día, y Artur Mas cerró el lunes públicamente el debate de la no-lista unitaria para el 26J. ERC quiere plantar cara a En Comú Podem en los antiguos feudos electorales del PSC: Barcelona y el área metropolitana y considera que CDC, su socia del Govern mientras no se demuestre lo contrario, le restaría “perfil social” en la batalla. Se trata, afirman los generales de Oriol Junqueras, de ampliar la base del independentismo, no de garantizarse victorias “relativas” sobre los comunes, que fueron primeros el 20D. Otrosí, la indignación de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona con el cuadripartito ofrecido por Colau, con el PSC como socio preferente, es el preludio de la gran batalla.

4) La postCDC ya tiene candidato a la Generalitat. O le falta muy poco. Se llama Carles Puigdemont. Y tiene el aval de Artur Mas. Todo lo demás (vamos hacia el supersábado y el funeral con honores del partido que fundó a Jordi Pujol) se convertirá en un mero trámite por mucho que se empeñen algunos en reeditar batallas de la extinta CDC autonomista. (También Demòcrates, el partido que agrupa la ex-UDC independentista reproduce tics más propios de Duran Lleida que de Toni Castellà cuando lanza ultimátums a CDC sobre la lista en Madrid). Cierto: CDC lo tiene todo en contra, empezando por las encuestas. El sondeo del viernes de El Periódico pasará a la historia como el peor de los peores para Convergència: 20 diputados en el Parlament, 40 para ERC. Ante estas perspectivas, la pregunta dicotómica del supersábado convergente (fundarse o renovarse) es pura formalidad. La cuestión es una y sólo una: o empezar de nuevo o empezar de nuevo. Habrá, eso sí, ruido, y rasgadura de vestiduras. Pero el destino empieza a cobrar forma.

5) La CUP y el "simulacro" del 9N. Políticos de partidos del proceso, singularmente, de ERC, en la manifestación convocada este sábado por la CUP para denunciar el asedio judicial al proceso. Los efectos de aquel “simulacro” del 9N son tan persistentes como devastadores. La pregunta es: ¿qué pasará cuando se convoque, el RUI? ¿Se hará con la colaboración de los mismos funcionarios y alcaldes que se negaron a colaborar con la no-consulta, aquel ejercicio de nuda democracia que ni Rajoy ni un cierto independentismo perdonarán nunca en la vida a Artur Mas?

6) La “guerra” de la ANC. El supuestamente “convergente” Jordi Sànchez y el supuestamente “republicano” Quim Torra creen que faltan los últimos 100 metros para que Catalunya alcance la independencia ¿A qué viene pues tirarse los trastos a la cabeza, cuando no sólo se tiene claros el objetivo sino que se comparte la convicción que la "victoria" està al alcance de la mano (como la del derbi de esta tarde)? Eso es lo que me dicen por la calle asociados y colaboradores de la ANC que no entienden muchos porqués de la ANC (servidora, que diría David Fernàndez, tampoco). La Assemblea celebrará supersábado para escoger el nuevo secretariado en un ambiente cada día más enrarecido. El fin de la Assemblea de Catalunya, aquella histórica experiencia unitaria que dio impulso a la salida de la negra noche del franquismo sobrevuela estos días algunas conversaciones en esta primavera extraña.