Hace días que Convergència, Esquerra y la CUP se van pasando la patata caliente a ver quién queda al final como responsable de la próxima convocatoria electoral. Cuando la tiene uno, enseguida convoca una rueda de prensa para sacársela de encima y endosársela a otro. Y este otro convoca otra rueda de prensa y se la pasa al tercero. Y así hasta el infinito (y mucho más). Bien, teniendo en cuenta que este infinito sobre comerse la culpabilidad del no acuerdo se terminará el domingo 6 de marzo a las 20.01 h, momento en que, una vez cerradas las urnas, nos entretendrán con los sondeos.

– Yo estoy negociando mucho y mucho y haciendo muchas ofertas maravillosas. Y si hace falta me iré arrastrando por encima de un lecho de chinchetas envenenadas hasta el último segundo del domingo, día en que la ley dice que si no hay acuerdo hay que convocar elecciones. Y lo hago porque todavía creo que puede haber pacto y evitar las elecciones ya que estoy haciendo lo posible para que sea así. Yo, eh. Recuerde, soy yo quien lo está solucionando, no los otros dos, que son un grupo de zánganos. Ah, y no he empezado la precampaña electoral...

– No, perdone. Quien está negociando muy fuerte soy yo. Yo sí que estoy decidido a aprovechar mucho más que mucho los días que faltan hasta el domingo. Y estoy ofreciendo todo lo que haga falta para llegar a este acuerdo por el cual ofrezco todo mi esfuerzo y colaboración. Y si hace falta que me corte una mano para conseguir el pacto, no sólo no me lo tendrán que pedir dos veces sino que me la cortaré yo mismo. Y en juliana. Y sobre todo recuerde que quien trabaja de verdad para que no haya elecciones y sea posible aprovechar este momento histórico soy, concretamente, yo y no ninguno de los otros dos. Ah, y yo tampoco he empezado la precampaña electoral...

– Disculpen, pero quien de verdad está haciendo lo posible para que haya un acuerdo soy yo. Y le diré más, estoy haciendo lo imposible. Y le añadiré que si hace falta haré moneda falsa. Y si para conseguir un pacto tuviera que ofrecerme esta moneda falsa a mí mismo, me estafaría sin dudarlo. Porque los otros dos se llenan la boca de sus esfuerzos por llegar a acuerdos, pero es una boca llena de aire porque soy yo y yo quien está trabajando de verdad en el tema. Ah, y los otros dos han empezado la precampaña electoral, pero yo no porque con tanto trabajo para conseguir el pacto, no tengo tiempo.

Total, que este martes de noche tan mágica tocaba rueda de prensa de Artur Mas para decirnos que él ha hecho lo posible para llegar a un acuerdo, que ha hecho muchas ofertas, que ha cedido en muchas cosas, pero que hay un 50% de la CUP que son muy malas personas. No como el otro 50%, las bellísimas personas que han visto bien sus inmejorables ofertas. Y eso del porcentaje, el de las dos CUP 50 a 50 (vaya, la buena y la mala) lo ha repetido unas cuantas veces. Tantas como que el líder de la CUP buena (buena para él, claro), Antonio Baños, ha dimitido, harto de la mitad que defiende unas "superizquierdas", concepto-novedad que suena como melodía que llenará las pistas en esta supercampaña de 54 días que empezará el próximo lunes y acabará en las 23.59.59 del día 4. Apunte, pues: superizquierdas, la idea-fuerza.

Y, ¿qué ofertas ha hecho y en qué ha cedido Mas, según Mas? Apunte: la declaración de inicio del Procés (conocida como la de la desconexión), la presidencia con "folre i manilles" (formada por un Muy Honorable y tres Bastante Honorables), la oferta de moción de confianza seis meses después de constituir el Gobierno, una hoja de ruta, un Proceso Constituyente y, de propina, el plan de choque. Y dicho esto ha llegado el momento en que el Presidente en funciones ha puesto la cara que ve en la foto...

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... y entonces ha empezado a repartir de una manera que parecía la defensa del Español el día del último partido contra el Barça. ¡¡¡Pam, y pam, y pam!!! Tome nota de lo más amable que le ha dicho a la CUP mala: "Ha sido un error confiar en su sentido de país", seguido de la variante "Impera su sentido revolucionario por encima del sentido de país" y de la variante de la variante "Con 10 diputados no se hace ninguna revolución". Para el final ha dejado la frase del día: "La presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado".

Y ha llegado el turno de las preguntas. Y como él no ha dicho nada ni nadie le ha preguntado por el tema, nos hemos quedado con las ganas de saber qué piensa de la nueva, pero no por eso menos famosa, equidistancia de Oriol Junqueras. Lástima, porque habría estado bien saber cómo ve eso de que su socio en Junts pel Sí diga que él es el equilibrio entre los dos extremos, y que estos dos extremos se llaman Artur Mas y Anna Gabriel. Habría estado bien ver cómo nos convocaba directamente al tanatorio para asistir al entierro del artefacto conocido como Junts pel Sí y que ahora mismo se llama Juntos Para Correr Hacia La Precampaña en Direcciones Opuestas y el Último que Cierre la Puerta.