Este gran momento vivido hace unos días en Huelva es la prueba definitiva del afecto, simpatía y estima que muchos españoles sienten por Catalunya y por los catalanes. A partir de ahora, cuando se quiera hablar de la España unida en base a la armonía y el respeto, habrá que recuperar estas imágenes históricas:

Hasta ahora la gran canción de amor de los catalanes era "Boig per tu". Para siempre jamás, ahora lo será "A por ellos (oé)" que, de hecho, es el mismo concepto.

Porque, ¿quién no ha pensado alguna vez, viendo a su pareja realizando una tarea cotidiana por casa: "A por ella (oé)", eing? Fregando platos, plantando un áloe vera o mientras cambiaba una bombilla haciendo equilibrios sobre la escalera aquella que se mueve mucho, sobre todo desde que desapareció la tapa de plástico de la base de una de las patas. Y, ¿qué quiere decir este "a por ella"? (entendiendo "ella" como la pareja). Pues quiere decir pasión, excitación, deseo, anhelo, sed de cuerpo ajeno, calor, agitación... Y eso, ¿no es bonito? ¿No quiere decir que todavía existe una llama encendida? Pues entre los españoles de Huelva y los españoles de Catalunya, esta pasión no solo provoca chispas (por la propia pasión compartida) sino que cada día que pasa va a más hasta el día en que llegará un eterno abrazo infinito y universal. Y fraternal.

Viendo esta muestra de amor incondicional, ningún catalán de bien puede querer marcharse de esta España acogedora y entrañable que quiere establecer lazos de concordia inmortales y perennes.

Catalanes que habéis visto este vídeo (y, sobre todo, lo habéis oído), ¿qué otra prueba queréis de que somos uno? No hagáis caso a estos golpistas nazis de mierda (dicho desde el respeto más absoluto, porque sin violencia se puede hablar de todo, una vez les hayamos roto la cara). No hagáis caso de esta gentuza violenta que quiere fracturar a la sociedad catalana sembrando la semilla del odio. Marginad de vuestras vidas a los defensores de la división. Quedaos del lado de la sensatez, la ponderación y la moderación. Hermanada.

¡Catalanes de bien, rehuíd de los culpables de todo lo que está pasando! Porque, mira que vivíamos bien cuando este 80% de los catalanes (y las catalanas) que ahora quieren votar estaban calladitos (y calladitas). Ha sido empezar a pedir lo imposible y provocar el estropicio. Por favor, que vuelva aquella Barcelona cosmopolita y ciudadana del mundo que era una provincia simpática dentro de la Catalunya entrañable de los "castellets", el porrón con el tapón con barretina, la Virgen de Montserrat que le das la vuelta y nieva y del belén con un "caganet" de plástico instalado en un río hecho de papel de plata. Es inadmisible y no hay derecho que un 80% de los catalanes quiera imponer a la mayoría la dictadura de las urnas que fractura la convivencia.

Porque votar no es democrático. Porque gracias a la Constitución existe la Generalitat. Porque nunca habíais tenido tanta autonomía como ahora. Y porque España es una realidad indisoluble desde hace 3 mil años.

Por lo tanto, gritemos todo juntos (y juntas): "¡A por ellos, oé!"...