Con casi 60.000 matriculaciones en lo que llevamos de año, Toyota puede presumir de ser la marca más vendida en nuestro país. Un fabricante que no es tan solo que ocupe la primera posición, sino que lo hace con una diferencia de ventas respecto al segundo clasificado, Kia, que roza las 10.000 ventas.

Así, el dominio de la marca es total en un mercado en el que sus motores híbridos están ganando cada vez más peso, entre otras cosas porque vienen de la mano de modelos que pueden presumir a tener una excelente relación calidad precio así como con un nivel de fiabilidad propio de una marca japonesa.

El único problema para la marca, que realmente no es un problema, es que, por mucho que sean el fabricante que domina en nuestras carreteras, Toyota no puede presumir de tener ningún modelo en el podio de los más vendidos. Un podio formado ahora por el Dacia Sandero, el Seat Arona y el Peugeot 2008.

El Toyota C-HR, muy cerca del Peugeot 2008

Por suerte para Toyota, su C-HR, que ha vuelto a convertirse en el modelo más vendido de la marca en el pasado mes de septiembre acabando en la sexta posición, ocupa la cuarta posición en el ranking general en lo que llevamos de año y, además, a una distancia muy corta respecto al tercer clasificado, el Peugeot.

 

Mientras que el modelo francés cuenta con un poco más de 15.200 ventas, el Toyota se queda en 14.800, apenas 400 ventas de diferencia. Teniendo además en cuenta que la marca japonesa ha presentado recientemente la nueva generación de su C-HR y que, por lo tanto, la generación actual se va a despedir dentro de poco del mercado y eso va a implicar buenos descuentos y promociones, no sería extraño que a final de año el modelo japonés acabara por delante del francés.

Y es que, por mucho que el Toyota sea un modelo más caro que el Peugeot, cabe destacar que cuenta con un motor híbrido auto recargable, un tipo de mecánica que cada vez gusta más en nuestro país, entre otras cosas porque no necesita ningún tipo de carga externa, permite lograr consumos muy bajos especialmente en conducción urbana, y permite también lucir la etiqueta ECO de la DGT, una de las facturas de compra cada vez más determinantes en nuestro país.