Skoda ha redefinido la imagen del Elroq con una versión de estética deportiva que introduce una nueva dimensión dentro de su gama SUV compacta. Esta evolución visual se centra en la incorporación de pintura mate para la carrocería, una opción poco habitual en la marca, que aporta al modelo un aspecto más agresivo y exclusivo. El conjunto se completa con numerosos detalles en negro brillante, incluyendo la parrilla, los marcos de las ventanillas y los espejos retrovisores, que subrayan el carácter dinámico del vehículo.

El frontal recibe un tratamiento específico con un paragolpes rediseñado y tomas de aire de mayor tamaño, que acentúan la sensación de anchura y musculatura. Los faros mantienen su estructura original, pero el entorno más oscuro genera un contraste que contribuye a una imagen más afilada. En los laterales, el protagonismo lo toman unas llantas de gran diámetro acabadas en negro, combinadas con neumáticos de perfil bajo, mientras que los faldones acentúan la línea de cintura y refuerzan la impresión de deportividad.

 

En la parte trasera, el diseño incluye un difusor visual en el paragolpes y un embellecedor que simula salidas de escape dobles, elementos típicos de las versiones más prestacionales de la marca. Los logos RS están discretamente integrados tanto en el portón como en las aletas delanteras, aportando una nota distintiva sin excesos. Lo destacable en este caso es la coherencia entre todos los elementos añadidos, que logran un conjunto visualmente atractivo sin alterar la arquitectura original del vehículo.

Deportivo en imagen, conservador en base

Pese a su aspecto más agresivo, esta versión del Elroq no introduce modificaciones en el apartado mecánico. Se mantienen las motorizaciones ya conocidas dentro de la gama, lo que incluye opciones térmicas y electrificadas en función del mercado. Tampoco se han realizado cambios en el chasis ni en la configuración de la suspensión, lo que garantiza que el confort y el comportamiento dinámico del modelo estándar se mantengan inalterados.

Sin embargo, las llantas de mayor tamaño y los neumáticos más anchos ofrecen una ligera mejora en la respuesta en curva y una pisada más estable, aportando un plus de sensaciones sin comprometer la eficiencia. El interior, por su parte, no recibe modificaciones sustanciales, lo que permite conservar tanto la habitabilidad como la ergonomía que caracterizan al Elroq, y contener los costes frente a un habitáculo de diseño exclusivo.

 

La marca ha optado por mantener esta propuesta como una variante estética dentro de la gama, lo que permite ampliar la oferta sin complicar la producción ni encarecer el mantenimiento. En este sentido, la versión deportiva del Elroq se posiciona como una opción visualmente diferenciada, dirigida a quienes buscan un SUV compacto con presencia y estilo marcadamente más dinámico, pero sin renunciar a la versatilidad ni asumir un sobrecoste elevado.