Opel ha decidido rescatar unas siglas que marcaron una época: GSE. Para muchos, evocan los años noventa, cuando los modelos más potentes y deportivos de la marca alemana lucían con orgullo este distintivo. Sin embargo, el regreso de GSE no sigue el mismo camino que entonces. Ahora, la deportividad se reinterpreta bajo una nueva lógica, en sintonía con los tiempos actuales: electrificación, eficiencia y diseño con carácter.
Lejos de los antiguos motores de gasolina de alto rendimiento, GSE ahora significa “Grand Sport Electric”. Una declaración de intenciones que marca el rumbo de Opel hacia una movilidad más responsable, sin renunciar a sensaciones al volante. La nueva gama GSE nace como una familia de modelos electrificados que combinan prestaciones destacadas con una imagen más afilada y una puesta a punto específica.
El primero en adoptar esta filosofía fue el Astra GSe, una versión híbrida enchufable que logra equilibrar consumo, prestaciones y comportamiento dinámico. Más adelante, el Grandland GSe reforzó la propuesta con tracción total y 300 CV de potencia, demostrando que un SUV también puede ofrecer una conducción divertida sin renunciar a la eficiencia.
Una nueva era para GSE
Lo destacable en este caso es que Opel no se limita a recuperar un nombre del pasado, sino que construye sobre él una nueva identidad. La idea no es apelar a la nostalgia sin más, sino reinterpretar el espíritu deportivo con las herramientas tecnológicas actuales. En esa línea, la marca ya trabaja en nuevas incorporaciones a la familia GSE, entre ellas el Mokka GSe, que apostará por una motorización totalmente eléctrica y una estética más marcada.
Además, Opel ha dado pequeñas pistas sobre su intención de seguir explorando esta fórmula con modelos que tomen referencias directas de su herencia. Ejemplo de ello es el Manta GSe ElektroMOD, un ejercicio de estilo que combina una carrocería clásica con propulsión eléctrica. Más allá de su carácter conceptual, sirve como símbolo de la dirección que quiere tomar la marca: respetar su historia, pero mirando hacia adelante.
En este sentido, la gama GSE quiere ser una opción para quienes buscan algo más que eficiencia. No se trata solo de consumir menos o reducir emisiones, sino de mantener viva una forma de entender el automóvil donde también hay espacio para el diseño, el placer de conducción y la personalidad. Opel ofrece así una alternativa para quienes quieren electrificarse sin perder la conexión emocional con su coche.
Con la expansión de esta línea en marcha, GSE se perfila como un sello propio dentro del catálogo de Opel. Una forma de recuperar su legado deportivo y adaptarlo a las nuevas exigencias del mercado, con modelos que no solo responden a la lógica del presente, sino que lo hacen con estilo y carácter.