El Lada Azimut representa un cambio radical en la estrategia de la marca rusa, que deja atrás su enfoque austero para adentrarse en el competitivo segmento de los SUV compactos con una propuesta sorprendentemente refinada. Con una longitud de 4,42 metros y una distancia entre ejes de 2,67 metros, este modelo no solo supera a rivales directos como el Skoda Karoq, sino que también redefine la imagen tradicional asociada a Lada. El diseño exterior, de líneas robustas y verticales, incorpora una firma lumínica LED en forma de X que refuerza su carácter y lo aleja del conservadurismo estético habitual en la firma.

El aspecto que más marca distancia respecto a generaciones anteriores es el interior. Llama especialmente la atención el salto tecnológico, con dos pantallas digitales unidas en un solo módulo: una para la instrumentación y otra táctil de 10 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento. Este nuevo entorno digital, desarrollado en colaboración con empresas tecnológicas locales, incluye asistente de voz, acceso sin llave, cámara trasera y un sistema de audio con seis altavoces, todo de serie. A pesar de este avance en conectividad, se mantienen mandos físicos para la climatización y un selector rotativo para los modos de conducción, pensado especialmente para situaciones fuera del asfalto.

Un SUV nuevo en fondo y forma

El Azimut se construye sobre una base técnica derivada del Vesta, aunque cuenta con más de mil componentes nuevos que han permitido reforzar su estructura. La altura libre al suelo, de 208 mm, permite un comportamiento más sólido en caminos no asfaltados, subrayando su perfil como SUV funcional. La gama mecánica inicial se compone de dos motores de gasolina: un 1.6 litros de 120 CV y un 1.8 litros de 132 CV, ambos asociados a una caja de cambios manual de seis marchas o a una transmisión automática CVT. Más adelante está prevista una variante turboalimentada de 150 CV, que incorporará una caja automática más avanzada.

 

Cabe destacar que, al menos en su lanzamiento, el Azimut solo estará disponible con tracción delantera, aunque ya se contempla el desarrollo de versiones con tracción total. Esta limitación responde tanto a criterios técnicos como a una estrategia progresiva de implantación en el mercado. La producción ya ha comenzado en la planta de Togliatti y, por el momento, se centrará exclusivamente en el mercado ruso, dado el actual contexto internacional.

El precio estimado de partida oscila entre los 2,5 y los 3 millones de rublos, lo que equivale a entre 29.000 y 35.000 euros. Se trata del modelo más caro jamás producido por Lada, y simboliza su intención de abandonar su tradicional posicionamiento de bajo coste. En este sentido, el Azimut no solo supone el regreso de la marca al desarrollo de nuevos SUV tras casi tres décadas, sino también una declaración de intenciones sobre el rumbo que pretende tomar en el futuro inmediato.