El Ford Puma se ofrece en dos versiones claramente diferenciadas: una variante con motor de gasolina con tecnología híbrida ligera (MHEV) y otra totalmente eléctrica, el nuevo Puma Gen-E. Ambas comparten diseño exterior y planteamiento urbano, pero sus características mecánicas, precios y costes de uso reflejan enfoques distintos.
La versión de gasolina está disponible con el conocido motor 1.0 EcoBoost en versiones de 125 y 155 CV, asistido por un sistema Mild Hybrid. Esta configuración le permite lucir la etiqueta ECO y mantener un consumo contenido, especialmente en recorridos mixtos. El precio de partida para esta variante es de 23.121 euros en acabado Titanium, alcanzando los 37.222 euros en las versiones más equipadas como ST Powershift.
En el caso del Ford Puma Gen-E, la nueva variante 100 % eléctrica equipa un motor de 170 CV y una batería de 43 kWh. La autonomía declarada es de hasta 376 km en ciclo combinado y más de 500 km en uso urbano. El precio de esta versión parte desde los 30.149 euros en acabado Titanium y se sitúa en torno a los 39.910 euros en los acabados superiores como ST-Line X.
El eléctrico, más interesante en uso urbano con punto de carga
Lo destacable en este caso es que el Puma eléctrico se convierte en la opción más interesante si se dispone de punto de carga en casa o en el trabajo y el uso habitual del coche es urbano o metropolitano. La autonomía es más que suficiente para cubrir los desplazamientos diarios, y la posibilidad de carga rápida en corriente continua —con tiempos que rondan los 23 minutos del 10 al 80 %— aporta un plus de comodidad.
Además, este modelo puede acogerse a las ayudas del Plan MOVES, lo que supone un descuento potencial de hasta 7.000 euros, siempre que se cumplan los requisitos. Con estas ayudas aplicadas, el precio final del Puma eléctrico puede quedar en cifras muy similares a las de las versiones de gasolina más equipadas, reduciendo notablemente la diferencia inicial de coste.
Por el contrario, la versión de gasolina sigue teniendo sentido para quienes realicen desplazamientos largos con frecuencia o no tengan acceso a una infraestructura de carga doméstica. La autonomía ilimitada con repostajes rápidos y el menor precio de entrada son argumentos de peso para un uso más versátil y sin condicionantes.
En definitiva, el Ford Puma ofrece dos propuestas diferenciadas que cubren perfiles de uso distintos. Para un uso urbano diario, el Puma Gen-E eléctrico es la opción más adecuada por confort, eficiencia y acceso a incentivos. Si se prioriza la flexibilidad para trayectos largos y no se dispone de punto de carga, el Puma de gasolina con MHEV sigue siendo una alternativa racional y equilibrada.