La posible incorporación de una cuarta luz de freno en la parte delantera del vehículo está siendo objeto de análisis por parte de expertos en seguridad vial. Esta nueva señal luminosa tendría como objetivo reducir los accidentes en intersecciones, una de las zonas urbanas donde más se concentran colisiones entre vehículos. La medida responde a la necesidad de hacer más visibles las maniobras de frenado en situaciones de ángulo muerto o visibilidad reducida.

Lo destacable en este caso es que la luz propuesta sería de color verde, diferenciándose así de las tradicionales luces rojas traseras. El motivo de esta elección responde a estudios que indican que el verde capta eficazmente la atención de los conductores que se aproximan desde otras calles. En cruces urbanos, donde la visibilidad lateral del vehículo que frena es limitada, esta señal frontal permitiría anticipar la maniobra de detención.

El sistema se basaría en una luminaria de bajo coste, fácil de integrar en vehículos nuevos o incluso en flotas ya existentes mediante retrofit. La propuesta contempla también la posibilidad de incorporar luces en los laterales para reforzar la visibilidad en cruces complejos o con escasa iluminación. Esta señalización tridimensional aumentaría el rango de detección del frenado, especialmente útil para conductores que se incorporan desde vías secundarias.

La iniciativa se apoya en un análisis detallado de siniestros reales, donde se ha identificado que un alto porcentaje de colisiones en ciudad podrían haberse evitado con una mejor comunicación visual del frenado. En este sentido, una luz frontal que se active de forma sincronizada con el sistema de frenos podría reducir los tiempos de reacción de otros usuarios.

Una medida preventiva de bajo coste con alto potencial

El enfoque preventivo de esta solución es uno de sus puntos fuertes. En lugar de depender exclusivamente de tecnologías avanzadas o sistemas de conducción autónoma, esta medida introduce una mejora tangible en la interacción entre vehículos. La visibilidad frontal del frenado, actualmente inexistente, se convertiría así en un nuevo canal de comunicación para situaciones críticas.

Cabe destacar que esta propuesta no busca sustituir a las actuales luces traseras ni a otros dispositivos de seguridad, sino complementarlos con una señal adicional específicamente diseñada para contextos urbanos. Las pruebas iniciales indican que su efectividad sería especialmente alta en cruces sin semáforos, donde los vehículos se acercan desde múltiples direcciones.

Aunque la legislación actual no contempla luces de freno frontales, el debate sobre su inclusión ya está sobre la mesa. De aprobarse, se requeriría una adaptación normativa tanto a nivel nacional como europeo, incluyendo homologación y condiciones técnicas de instalación.

Llama especialmente la atención que una solución tan simple pueda tener un impacto tan relevante en la reducción de accidentes leves y moderados. Su bajo coste, facilidad de integración y potencial preventivo la convierten en una candidata clara para futuras políticas de seguridad vial centradas en el entorno urbano.