El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, ha pedido este jueves la suspensión total de la ayuda humanitaria a Gaza, afirmando que Hamás se está apoderando de los suministros de alimentos y bienes esenciales que entran a la Franja. La declaración ha intensificado las tensiones dentro del mismo gobierno israelí, donde ya hace semanas que se arrastran discrepancias sobre la gestión del conflicto y el acceso humanitario en los territorios ocupados.

En una publicación en la red social X, Ben-Gvir ha calificado la situación actual como una "vergüenza auténtica" y ha anunciado que exigirá al primer ministro, Benjamin Netanyahu, que el tema se vuelva a votar en la próxima reunión del gabinete. Según él, no es suficiente con una suspensión temporal, sino que hace falta un corte completo e inmediato de la ayuda. "Cuando advertí, y por desgracia fui el único a votar en contra de la introducción de la ayuda hace un mes y medio, ya sabía que eso daría oxígeno en Hamás", ha escrito Ben-Gvir.

El ministro denuncia que la milicia islamista se ha apropiado de las ayudas y que los recursos, en vez de aliviar la crisis humanitaria, están favoreciendo su supervivencia y capacidad operativa. Según él, el paro de la ayuda conduciría a una victoria rápida de Israel en el conflicto.

Escasez de alimentos en Gaza

Esta postura choca con las advertencias de organismos internacionales. Desde el inicio del bloqueo total impuesto por Israel entre marzo y abril, la escasez de alimentos y medicamentos ha colocado la población de Gaza, de unos 2,3 millones de habitantes, en una situación crítica. Naciones Unidas ha alertado reiteradamente sobre el riesgo inminente de hambre generalizada, especialmente en el norte de la Franja.

El bloqueo se ha levantado parcialmente el último mes, pero las dificultades logísticas siguen siendo enormes. Los esfuerzos de la ONU por hacer llegar ayuda han chocado con obstáculos como carreteras impracticables, controles militares estrictos, bombardeos continuos y una situación de inseguridad creciente sobre el terreno. Además, se han registrado incidentes graves, como tiroteos contra civiles que intentaban acceder a los camiones de ayuda, hechos que han dejado muertos y heridos.

La opinión de Ben-Gvir refleja un ala dura del gobierno israelí que rechaza cualquier tipo de concesión, incluso en el ámbito humanitario. No obstante, dentro del ejecutivo y entre la comunidad internacional crece la preocupación por las consecuencias humanas y diplomáticas de un bloqueo absoluto.

La próxima reunión del gabinete será clave para determinar si Netanyahu accede a la presión de los sectores más radicales o si mantiene abiertos, aunque limitados, los canales de ayuda humanitaria a Gaza. Mientras tanto, la población civil continúa atrapada entre el hambre, el conflicto armado y la falta de perspectivas claras de resolución.