Después de la derrota del candidato proeuropeo en las elecciones presidenciales de Polonia, el primer ministro Donald Tusk ha anunciado que pedirá un voto de confianza a su gobierno. Esta decisión busca consolidar el apoyo de su frágil coalición y recuperar el impulso político perdido. Tusk, en una declaración televisada, reconoció la gravedad de la situación, pero insistió en que su gobierno continuará con su agenda legislativa y no cederá ante la adversidad. También felicitó a Karol Nawrocki, al candidato ganador y próximo a la derecha, y aseguró que el gobierno tiene un “plan de contingencia”.
Su coalición es una alianza proeuropea formada por partidos de diferentes ideologías, que incluyen desde la derecha agraria hasta la izquierda socialdemócrata. El objetivo principal del gobierno de Tusk ha sido revertir las reformas autoritarias del partido anterior, Ley y Justicia (PiS). No obstante, la derrota presidencial dificulta estos planes, ya que el nuevo presidente puede vetar las leyes aprobadas por el parlamento, y solo se pueden superar estos vetos con una mayoría parlamentaria cualificada que Tusk no tiene.
¿Quién es el nuevo presidente electo?
Karol Nawrocki, el nuevo presidente electo, es crítico con la Unión Europea y próximo ideológicamente a figuras como Viktor Orbán y Donald Trump. Este último lo felicitó públicamente, calificándolo de “ganador” y celebrando su triunfo como una victoria conservadora que puede tener repercusiones en toda Europa. Nawrocki, aunque tendrá un papel mayoritariamente ceremonial, puede influir significativamente en la política exterior y de defensa, y sobre todo puede bloquear las iniciativas legislativas del gobierno.
La fecha para el voto de confianza todavía no se ha fijado, pero podría tener lugar pronto, ya que el parlamento se reúne próximamente. Aunque la coalición de Tusk cuenta con bastante apoyo para ganar la votación, una victoria clara permitiría frenar las especulaciones sobre posibles cambios de alianzas en el parlamento y la formación de una mayoría alternativa.
“Tarjeta roja” al gobierno de Tusk
En paralelo, el líder del PiS, Jarosław Kaczyński, ha aprovechado la ocasión para declarar que el resultado de las elecciones es una “tarjeta roja” para el gobierno de Tusk, y ha instado al primer ministro a dimitir. Ha propuesto la creación de un “gobierno técnico” que podría contar con un líder desvinculado del PiS, pero que permitiera la colaboración con Nawrocki. Este discurso busca debilitar la coalición gubernamental y preparar el terreno para una posible nueva mayoría parlamentaria.
El domingo, el diputado del PiS Przemysław Czarnek indicó que su partido intentará atraer a miembros de la coalición de Tusk para hacer caer al gobierno. Afirmó que trabajarían “con energía” para ofrecer a la población “otro regalo: el final del gobierno de Tusk”.
En resumen, la situación política en Polonia es altamente inestable. La derrota presidencial ha supuesto un golpe duro para el gobierno de Donald Tusk, que ahora lucha por mantener su autoridad ante un presidente opositor y una derecha que se moviliza para desestabilizarlo y, si es posible, sustituirlo.