Un grupo de abogados y periodistas han presentado una demanda contra la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana y su exdirector Mike Pompeo por presuntamente espiar sus conversaciones con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, mientras se encontraba en la embajada el Ecuador en Londres. La demanda se ha presentado en el Distrito Sur de Nueva York y en ella se alega que Pompeo, quien dirigió el ente entre el 2017 y en el 2018 antes de dar el salto a la administración de Donald Trump, dirigió "una campaña extraordinaria de espionaje ilegal a los abogados de Assange y otras personas dentro de la embajada", según apuntaron los denunciantes en un comunicado.

"Pedimos en nombre de varias personas que fueron a la embajada ecuatoriana para visitar a Julian Assange y, sin que ellos lo supieran, todos sus equipos fueron fotografiados y sus conversaciones fueron grabadas por una empresa bajo la dirección de Mike Pompeo", ha afirmado en rueda de prensa Richard Roth, abogado a cargo de la denuncia. Todo habría tenido lugar mientras Assange se refugiaba en la embajada del Ecuador en Londres, donde estuvo del 2012 y en el 2019.

Justamente las escuchas se habrían producido en la embajada, según alegan los denunciantes. En estas escuchas habría sido involucrada una empresa española Undercover Global, responsable de la seguridad privada de la embajada, según informa Efe. La empresa y su propietario, David Morales, aparecen también como demandados.

Por la seguridad de Assange se implementaron varios protocolos de seguridad, los cuales en el Estado español investiga el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, a quien ha llegado a pedir a las autoridades norteamericanas poder interrogar como testigo Pompeo.

Luz verde a la extradición de Assenge

Mientras se saca el quid de la cuestión sobre si la CIA espió a algunos de los visitantes de Assenge, este está a un paso de ser extraditado en los Estados Unidos después de muchos años esquivando las represalias estadounidenses. El pasado 17 de junio, después de que dos meses antes un juez de un tribunal británico emitió una orden de entrega del activista, la ministra británica de Interior, Priti Patel, firmó la orden de extradición. Este es uno de los últimos pasos a seguir para que el fundador de WikiLeaks acabe en manos de las autoridades estadounidenses, aunque la apelación todavía es una vía. A pesar de todo, la larga batalla legal no se da completamente por perdida por la defensa de Assange.