El 6 de agosto de 1945 el ejercito de los Estados Unidos tiraba una bomba nuclear en Hiroshima. Tres días más tarde repetía la operación en Nagasaki. Era el primer ataque atómico de la historia y supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial, ya que seis días después Japón anunciaba su claudicación.

Las bombas causaron un total de 246.000 muertos. En Hiroshima murieron 166.000, y otros 80.000 fueron víctimas en Nagasaki, aunque sólo la mitad murieron en el momento de los bombardeos. El resto murieron de lesiones y enfermedades provocadas por la radiación.

Fotografía de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima el 6 de agosto de 1945

Han tenido que pasar siete décadas hasta que un presidente de los Estados Unidos visitara la zona. Este viernes el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visitará por primera vez el lugar de los hechos. Un claro gesto diplomático hacia Japón y que servirá para subrayar el compromiso del país nipón y el norteamericano "con la búsqueda de la paz y la seguridad en un mundo sin armas nucleares". 

A pesar de la visita histórica y la importancia que tendrá para los dos países el paso de Obama, el viaje no es específicamente a Hiroshima. De hecho, la visita se enmarca dentro del viaje del presidente norteamericano a Japón, donde participará en la cumbre del G-7. Tampoco está previsto que Obama pida perdón por las bombas norteamericanas, a pesar de que sí que reconocerá a las víctimas con una ofrenda floral. El gobierno japonés ha valorado muy positivamente el paso.

Los supervivientes participarán en la ceremonia

En la ofrenda que el presidente de los Estados Unidos hará a las víctimas, también hay invitadas los supervivientes de la tragedia nuclear. De hecho, hasta tres supervivientes japoneses de la bomba atómica participarán en la ceremonia. Los supervivientes creen que la visita llega tarde, pero se muestran satisfechos con el paso. Además, aseguran que es importante ya que demuestra la voluntad de abolir las armas nucleares. 

Japón es el único país que ha sido víctima de ataques nucleares. Actualmente quedan 180.000 supervivientes, con una media de edad de 80 años.