Menos de la mitad de asistentes previstos han asistido a la marcha "Contra el terror, todos juntos" en Bruselas, según la policía. Los organizadores esperaban una asistencia de 15.000 personas, y han contado finalmente 10.000 y fuentes oficiales, 7.000.

Se trata de una manifestación que se había aplazado desde el 27 de marzo, el domingo posterior a los atentados de Maalbeek, a causa de la recomendación de las autoridades de no secundarla por razones de seguridad. Algunas personas asistieron igualmente, y se encontraron con la irrupción de grupos de ultraderecha que provocaron la acción de los antidisturbios.

La manifestación ha tenido lugar en medio de un ambiente caldeado por las polémicas declaraciones del ministro belga del Interior, el flamenco Jan Jambon, que ha afirmado esta semana que "muchos musulmanes bailaron después de los atentados".

En la cabecera de la manifestación la organización ha situado a personas de diferentes cultos religiosos, como musulmanes, católicos y ortodoxos, y a lo largo de la marcha se han podido ver a familias enteras, muchas de ellas con flores en la mano. Varios musulmanes asistentes han insistido a los periodistas que los atentados no tienen nada que ver con el islam y que se manifiestan por la paz.