La inteligencia británica alerta del peligro que corren los residentes de la región ucraniana de Jersón, tanto de las zonas controladas por Ucrania como las que se encuentran bajo dominio ruso, a raíz de la destrucción de la presa de Kajovka. Concretamente, el servicio de inteligencia avisa de la crisis sanitaria que tendrán que afrontar estos ciudadanos afectados por el destrozo de esta presa, una destrucción que se extiende incluso al norte de Crimea, según el ministerio de Defensa británico. Kyiv y Moscú se culpan mutuamente del colapso de esta infraestructura tan importante, que ha inundado varios pueblos de la región de Jersón y ha "interrumpido gravemente" la principal fuente de agua potable de la península de Crimea.

Pues bien, según Londres, el nivel del agua del embalse habría quedado, desde el viernes pasado, por debajo del nivel del mar, hecho que imposibilita el flujo de la corriente hacia la península de Crimea."Por lo tanto, las comunidades de los dos lados del río Dniéper se enfrentan a una crisis sanitaria ante el acceso limitado al agua potable, hecho que provoca un aumento del riesgo de enfermedades causadas por su ausencia", indica el Ministerio de Defensa en su última valoración del conflicto publicada en su cuenta de Twitter.

Por otra parte, desde el Reino Unido se cree que la Federación de Rusia está capacitada para cubrir relativamente las necesidades de la población en las zonas bajo su control, usando otros embalses, aplicando políticas de racionamiento, perforando nuevos pozos o bien entregando directamente agua embotellada.

Suben a 77 los heridos por las inundaciones, según las autoridades prorrusas

Las autoridades prorrusas de Jersón han comunicado que ha subido hasta 77 el número de heridos en la región por las inundaciones provocadas por la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kakhovka.

Finalmente, las autoridades prorrusas también han informado de que al menos 7.000 personas han sido evacuadas.