Las dos mociones de censura que amenazaban al gobierno de Emmanuel Macron han acabado en papel mojado, una victoria para el Ejecutivo francés, pero un resultado que, una vez más, ha desatado la ira en las calles del país, en especial en París. En la capital, en varios puntos de la ciudad se han registrado incendios en la calle de pequeña importancia, aprovechando las montañas de basura que se acumulan en las calles después de varios días de huelga del personal de recogida.

Solo en París, se han contabilizado hasta ahora 171 detenciones la noche pasada, un número que es muy posible que aumente, tan con respecto a los datos de la ciudad, como el número total de detenidos en todo el país. Entre los detenidos hay dos miembros del partido de izquierdas La Francia Insubmisa, según ha confirmado el mismo partido.

La mayoría de las protestas se han concentrado en París, donde la policía ha intervenido en muchos puntos de la ciudad, pero los manifestantes que mayoritariamente se han organizado en pequeños grupos se han dispersado y reagrupado constantemente. En resumen, los disturbios se han expandido por toda la ciudad y la policía a menudo ha cargado contra las personas que protestaban, en algunos casos también contra los periodistas que lo cubrían.

Además de las protestas, varios sectores están en huelga desde hace días y todo apunta que la mantendrán, como los transportes, la enseñanza, las refinerías o los recogedores de basura. Sin ir más lejos, varios sindicatos han convocado una nueva jornada de manifestaciones el próximo jueves.

Macron sigue con su agenda

El presidente, Emmanuel Macron, por su parte, mantendrá este martes consultas con los principales líderes parlamentarios de los partidos que le dan apoyo, con la jefa del Ejecutivo, Élisabeth Borne, y con los presidentes de las dos cámaras legislativas para buscar una salida a la situación. No se descarta que pueda pedir la dimisión de Borne para calmar los ánimos.

A pesar del fracaso de las dos mociones de censura, la oposición anunció que presentará recursos ante el Consejo Constitucional, cosa que paraliza la promulgación de la reforma, así como una iniciativa para someter esta medida a un referéndum, cosa que exige presentar 4,5 millones de firmas en nueve meses. La misma Borne aseguró que llevará el texto delante del Constitucional para acelerar la revisión y que entre en vigor cuanto antes mejor, según recopilación Efe.