Como la gran mayoría de los presidentes, Joe Biden empezó ayer su luna de miel con los 81 millones de norteamericanos que votaron por él e intentó convencer a los 74 millones que lo hicieron por Donald Trump de que no lo tendrían que echar de menos, porque también él quiere ayudarlos y escucharlos.

Este fue su mensaje de "unidad" que todo el mundo esperaba después de los 4 años de enfrentamientos entre los dos partidos norteamericanos, pero hay que preguntarse si podrá mantener los brazos extendidos a la oposición conservadora sin enfrentarse a los radicales de su partido que quieren un vuelco de 180 grados en la política social y económica del país.

Para empezar, algunos políticos demócratas echarán de menos a Donald Trump, que tanto les ha servido durante estos años para tener un enemigo que condenar. También tendrán que encontrar maneras de atraer a los que piden mejoras económicas, lo cual no tendría que ser muy difícil, porque la economía del país sólo está esperando salir de los confinamientos de la pandemia para empezar la recuperación.

Será prácticamente imposible volver a la situación de antes de Trump, no por las acciones del último presidente, sino por los cambios que ha habido en el mundo

Hay un riesgo, sin embargo, según muchos economistas, que la presión de los elementos más progresistas ahoguen la recuperación si consiguen imponer grandes subidas de impuestos o programas sociales que aumentarán todavía más la deuda pública en momentos en que el endeudamiento del país se acerca a los niveles de la Segunda Guerra Mundial.

En su discurso, Biden habló del respeto a instituciones internacionales y de un retorno a las políticas tradicionales de los Estados Unidos, pero será prácticamente imposible volver a la situación de antes de Trump, no por las acciones del último presidente, sino por los cambios que ha habido en el mundo desde que Biden dejó de ser vicepresidente.

Y con respecto a los medios informativos, que tanto han luchado contra Trump, seguro que habrá una luna de miel muy dulce, pero hay que ver si durará mucho en caso de que Biden de verdad trate de hacer una política de unidad para atraer a los que hasta ahora han estado en el campo contrario. Sin olvidar, diría yo, que para la prensa siempre ha sido mejor negocio criticar el partido gobernante y a sus líderes.