La plaza de San Pedro de Berga ha reunido centenares de personas durante la primera Patum de Lluïment de las fiestas de Corpus. Este jueves por la mañana, la plaza ha vibrado de emoción con el salto de las comparsas —turcos y caballetes, mazas, coceas, águila, enanos viejos, gigantes y enanos nuevos— bajo un sol de justicia y con unas temperaturas que han rozado los 30 grados. Sin embargo, se tendrá que esperar hasta la noche para que los plenos salgan a la plaza. Las emociones y la alegría para participar en una fiesta "viva" con comparsas de más de 400 años de historia se han contagiado entre los participantes de las diferentes comparsas y el público. Como es tradición, la Patum de lucimiento se ha hecho al día siguiente de una multitudinaria Passada, que se ha alargado hasta pasadas las 4 de la mañana, pero que no ha dejado ningún incidente destacable.

La Patum de Lluïment, que se celebra por la mañana, es mucho más tranquila que la que se vive de noche. Todas las comparsas, excepto los plenos, salen a hacer su danza. Lo hacen una sola vez cada una, de manera consecutiva. Cuándo acaba esta ronda, se inician los tirabols donde las coceas y las dos parejas de gigantes comparten la plaza mientras todo el mundo rueda al sonido de la música.

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Patum de Lluïment en la plaza San Pedro de Berga / ACN

La tradición de la Patum

El tamborilero oficial de la Patum, Xavi Prat, no sale nunca a plaza sin una foto de su abuelo en el bolsillo. Lo acompaña desde sus inicios y "le da fuerza". Precisamente, su abuelo es quien, desde pequeño, lo introdujo en la fiesta. Ha explicado que este año es especialmente "emocionante" porque su hija ha empezado a seguir los pasos, dando de tamborilera a los Quatre Fuets. "No me esperaba que lo quisiera hacer", ha confesado. Prat también ha destacado que la incorporación de la mujer en un lugar que históricamente siempre lo habían ocupado hombres demuestra que la Patum es una fiesta "viva", "que se abre a los nuevos tiempos". De hecho, ha añadido, si no, la fiesta no llevaría más de 600 años. Prat ha reconocido que desde que se anuncia la Patum con el pleno de la Ascensió, él ya se pone nervioso. "Estoy como un flan", señala, y añade que eso es la normalidad. "El día que deje de estar como un flan, querrá decir que ha llegado mi última Patum", ha añadido.

La Patum es una fiesta tradicional que atrae gente de todas partes, pero también va incorporando nuevos berguedans. Es el caso de Mariana Almenara, que ha sido madre hace poco. Ella hace años que sigue la fiesta mayor de los originales de Berga, pero sí que será la primera para su hija, Berta. "El año pasado estaba embarazada y ya sentía la Patum desde dentro de la barriga. Este año será en directo", ha explicado. De hecho, Almenara ha explicado que hace días que van a los ensayos de la Patum infantil. "Ella está encantada cuando ve a todas las comparsas, los gigantes, las coceas, enseguida grita y ya los reconoce", ha añadido.

Passada "muy positiva"

Con respecto a la Passada, que se celebró la noche de este miércoles, el alcalde de Berga, Ivan Sànchez, ha asegurado que "fue muy bien, hubo muy pocas incidencias. No me consta ninguna pelea, e incluso se acabó todo a una hora relativamente prudencial". Según los datos de la policía local, se hicieron casi 300 pruebas de alcoholemia, que se resolvieron con 11 denuncias administrativas por positivo y una por negarse a hacer la prueba. Además, se impusieron dos sanciones por sustancias, 1 por falta de con respecto a la gente de la autoridad y 1 por tenencia de arma blanca. En clave de salud, se han hecho unas ochenta de asistencias, la gran mayoría de ellas por usiones, quemaduras y heridas. El Hospital de Berga tuvo que atender a 10 heridos.

Esta noche será la gran fiesta y se hará la primera Patum completa, el momento álgido de la fiesta, que uno después de 15 años se volverá a retransmitir por TV3. Este año, que hace 20 años del asesinato de Josep Maria Isanta, su comparsa, la de los enanos nuevos, ha preparado una acción de homenaje. Durante los 5 días que dura la fiesta, se quemarán más de 5.000 elementos de pirotecnia, entre látigos y bengalas. Este año, además, se ha colgado una pancarta de grandes dimensiones criticando el genocidio en Gaza por parte de Israel, preside una de las murallas del Castillo de Berga. Un símbolo bien visible desde diferentes puntos de la ciudad.

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Pancarta reivindicativa para denunciar el genocidio en Gaza / Jordi Borràs (ACN)