En muchos hoteles, notarás que los empleados vierten un vaso de vinagre en la taza del inodoro. No es un capricho ni un gesto decorativo. Se trata de una técnica de limpieza sencilla, económica y muy efectiva para mantener el baño limpio y libre de olores.
El vinagre es un ácido natural que actúa sobre el sarro, los depósitos minerales y las bacterias que se acumulan en la taza del inodoro. Su uso regular evita que estas sustancias se adhieran al porcelanato, manteniendo el inodoro reluciente y seguro para los huéspedes. Además, al ser un producto natural, no daña la plomería ni genera residuos químicos nocivos.

El vinagre de limpieza, una solución para casi todo
Para una limpieza general, el procedimiento es muy simple. Se vierte aproximadamente medio litro de vinagre blanco directamente en la taza, asegurándose de cubrir todo el interior. Es importante dejarlo actuar varias horas o, preferiblemente, durante toda la noche. A la mañana siguiente, solo hay que cepillar la taza y tirar de la cadena para eliminar los residuos y el sarro acumulado. El resultado es un inodoro limpio, desinfectado y con olor fresco.
En las zonas más difíciles, como los bordes o las áreas estrechas, se puede preparar una mezcla de vinagre y agua en partes iguales dentro de un spray. Basta con rociar directamente sobre el sarro, dejar actuar unos minutos y luego frotar suavemente con un cepillo. Finalmente, tirar de la cadena completa el proceso. Este método es especialmente útil para los inodoros de hoteles, donde el uso frecuente puede provocar acumulación rápida de minerales.

Conviene hacerlo, como mínimo, una vez por semana
El vinagre tiene múltiples beneficios. Desinfecta, gracias a su acidez. Disuelve los minerales, eliminando esos depósitos marrones que se forman debajo del agua. Además, neutraliza olores, manteniendo el baño con un aroma agradable. Y lo mejor: es seguro para todos los sistemas de fontanería y ecológico, evitando químicos agresivos.
En cuanto a la frecuencia, no es necesario hacerlo a diario. En un hogar con pocas personas, basta con una vez por semana. En hoteles o viviendas con tres o más miembros, se recomienda dos veces por semana para mantener la taza libre de sarro y bacterias. Aunque hay hoteles en las que lo hacen a diario. En cualquier caso, la regularidad asegura que el vinagre cumpla su función sin esfuerzo adicional.