Se te cae la baba cuando ves una de esas películas del caribe o alguna isla hawaiana y en seguida te apetece cerrar los ojos e imaginarte por allí caminando por esa playa de ensueño. Pero no tienes que irte muy lejos para presumir de arena blanca y aguas cristalinas que harían suspirar de placer a un hawaiano.

En La Tumbona de ElNacional.cat, nuestra sección de verano más fresquita, hemos seleccionado 5 playas paradisíacas que no te van a pillar tan lejos, pero te van a hacer sentir como si te hubieras ido a una cala salvaje en el otro lado del mundo. Ve metiendo en la maleta la crema solar y el aftersun caseros que nos vamos a unas playas de anuncio. 

 

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Estas playas te harán sentir en el paraíso

Berellín (San Vicente de la Barquera, Cantabria)

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Playa de Berellín. Imagen: Aristóteles, CC BY-SA 4.0.

Esta playa es el “prototipo tailandés” en España. La que todo el mundo cita como ejemplo de lugar paradisíaco-tropical increíble, aunque tampoco es que tenga palmeras, y Cantabria de tropical tiene poco. Pero lo que sí tienes en la playa de Berellín son unas formaciones kársticas increíbles, y se trata de una playa recóndita que cambia con la marea, con diversas calas, y en la que te sentirás benditamente perdido en la naturaleza.

Playa de Cofete (Fuerteventura, Canarias)

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Playa de Cofete. Imagen: Hellen Ross.

La del Cofete es una de las playas más salvajes y extensas de Fuerteventura, Canarias. Situada al norte de Jandía, te encontrarás con 2 kilómetros de lengua de arena dorada y olas rebeldes.

No tardes mucho en escaparte a esta recóndita playa en la que no verás ni carreteras ni edificios. Pura desolación tropical, entre el mar y la montaña, resulta impresionante y te hace sentir diminuto.

Cala Aiguablava (Girona, Cataluña)

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Cala Aiguablava. Imagen: Isidro Jabato, CC BY-SA 4.0.

Parece tímida, tan escondida entre los acantilados y con un monte de pinos como testigo, pero bajo su timidez se esconde uno de los rincones más paradisíacos de Catalunya.

Aiguablava, que hace honor a su nombre, tiene también verde, arena blanca y aguas de un intenso turquesa. Si te gusta el esnórquel, es tu playa. Esta cala que parece sacada de un calendario la tienes a menos de dos horas en coche de Barcelona. ¿De verdad te la vas a perder este verano?

Playa del Silencio (Castañeras, Asturias)

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Playa del Silencio. Imagen: Wirestock.

Si te tumbas en el arenal salvaje de la Playa del Silencio, en las Castañeras, sentirás el abrazo del sonido de las olas y el susurro del viento. Su paisaje escarpado hipnotiza de inmediato.

Es curioso, porque aunque es una playa de fácil acceso, no hay mucho turista suelto por ahí, pues no era muy conocida. Las imponentes formaciones rocosas actúan como un escudo protector, resguardando su concha como una fortaleza natural que custodia sus apacibles aguas. Ubicada en Castañeras, entre el majestuoso cabo Vidio y el impresionante cabo Busto, esta playa se distingue por su emblemático faro y sus vistas fuera de lo común. Vive la costa asturiana en estado puro.

Playa Punta del Fangar (Delta del Ebro, Cataluña)

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Punta del Fangar. Imagen: Agustí Descarrega, CC BY-SA 4.0.

Un inmenso y encantador arenal se despliega en la playa de Punta del Fangar, en el fascinante Delta del Ebro. Su costa virgen de 4 kilómetros te dejará sin palabras.

Si eres senderista y valiente, disfrutarás la caminata que hay que recorrer para llegar allí. Y decimos valiente, no porque el camino sea peligroso, sino porque no hay sombra. ¡Ve bien protegido!

Estas dunas albergan una rica fauna compuesta por reptiles y aves. Si te cruzas con alguna especie, respétala. Y no faltes al faro Fangar, que parece estar perdido en medio de la nada. Un lugar imprescindible para apasionados de la fotografía.

¿Ves como no hacía falta coger un vuelo de ocho horas para disfrutar de unas playas de ensueño? Algunas las tenemos tan cerca que ni siquiera las valoramos en lo que valen. ¡Que no pase de este verano el homenajearlas con tu visita!