Tal día como hoy del año 1503, hace 521 años, en Sangüesa (reino de Navarra), nacía Enrique de Albret y de Foix, que sería el último príncipe de Viana (heredero al trono navarro) y el último rey de la parte peninsular de Navarra. En 1512, Fernando el Católico y la aristocracia militar castellanoleonesa invadieron la parte peninsular de Navarra, y Enrique y sus padres, Juan III y Catalina I, se refugiaron en la parte continental de su reino (Bearn, Armañac, Bigorra, Foix y Albret). Cuando Enrique heredó la corona navarra (1521), armó un importante ejército y reconquistó la parte peninsular del reino. Pero la monarquía francesa, que le había apoyado, lo abandonó y se vio obligada a retirarse, nuevamente, a la parte norte de los Pirineos.

En esa guerra de restauración (1521), como la de ocupación castellanoleonesa (1512), las oligarquías vascas del Señorío de Vizcaya (actuales territorios de Vizcaya y de Guipúzcoa) se posicionaron a favor de las armas hispánicas. Tras el largo y cruento conflicto civil vizcaíno (siglos XIII a XV) entre oñacinos (partidarios de Castilla) y gamboínos (partidarios de Navarra), los segundos habían sido prácticamente exterminados. Durante la empresa de reconquista navarra dirigida por Enrique de Albret (1521), Ignacio de Loyola, oficial del ejército de la Corona castellanoleonesa, había sido gravemente herido en las afueras de Pamplona. Después de ese hecho, Ignacio reorientaría su carrera hacia la religión y crearía la Compañía de Jesús.

Posteriormente, Enrique de Albret fue casado con Margarita de Angulema (1527), hermana del rey Francisco I de Francia, viuda y doce años mayor que el navarro. Gracias a este matrimonio, la posición de Enrique en el concierto internacional se vio muy reforzada: se había convertido en el cuñado del rey de Francia y podía codiciar una nueva operación militar de recuperación. No obstante, orientó todos sus esfuerzos hacia la vía diplomática e intentó casar a la hija que tuvo con Catalina, llamada Juana (Pau, 1528), con Felipe de Habsburgo (Valladolid, 1527), hijo de Carlos de Gante y futuro Felipe II de la monarquía hispánica. El propósito de Enrique era recuperar el mapa histórico de Navarra con la coronación en Pamplona de un segundo hijo de Felipe y de Juana.

Enrique de Albret murió sin recuperar la parte peninsular de su reino (1555). Las largas negociaciones con Carlos de Gante fueron boicoteadas por su cuñado Francisco I de Francia. Pero el resultado de su matrimonio con la hermana del rey francés y de su intensa labor diplomática daría los frutos esperados en la figura de su nieto, de nombre también Enrique, hijo de Juana de Albret. El nieto de Enrique no restauraría el mapa histórico de Navarra, pero —a la muerte de su madre— se convertiría en el rey Enrique III de Navarra (1572-1610), y a la muerte de su primo segundo, Enrique III de Francia (último rey francés de la casa Valois-Angulema), se convertiría, también, en Enrique IV de Francia (1589-1610). El nieto de Enrique de Albret sería el primer rey francés de la estirpe Borbón.