Tal día como hoy del año 1665, hace 356 años, las autoridades coloniales inglesas de Nueva Ámsterdam (actualmente Nueva York) ordenaban la creación de un consejo municipal, que sería el primer órgano de gobierno de la administración local inglesa de aquella ciudad. Al mismo tiempo, aquellas nuevas autoridades ordenaban el cambio de nombre de la ciudad, que a partir de aquel momento pasaría a llamarse Nueva York, en honor al duque de York, que el año anterior (1664) había comandado la invasión inglesa del territorio situado en la desembocadura del actual río Hudson.

Nueva Ámsterdam había sido fundado cuarenta años antes (1625) por la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, un poderoso emporio comercial privado que disponía de una flota naval superior a la de muchos países europeos, y que tenía más de 50.000 trabajadores en nómina. La VOC (acrónimo de la Compañía) estaba participada por miles de accionistas, y entre estos estaba la comunidad judía neerlandesa de origen catalán, los katalanim, que, en el caso de Nueva Ámsterdam, habían formado parte de los primeros contingentes de colonos establecidos en la ciudad.

Los katalanim eran judíos de origen catalán, valenciano y mallorquín (también, en algunos casos, se refería a judíos de origen aragonés, sardo o siciliano) que habían iniciado el camino de la diáspora a partir de los pogromos de 1391 y, especialmente, a partir del decreto de expulsión de 1492 —promovido por los Reyes Católicos—. Esta comunidad se había exiliado, mayoritariamente, en varios puertos del Mediterráneo central y oriental y, en menor medida, en las grandes plazas comerciales de los Países Bajos. Los katalanim de Nueva Ámsterdam eran originarios de la corriente migratoria que se había dirigido a los Países Bajos.

Las fuentes documentales revelan que a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, en la zona de Nueva Ámsterdam, había un mínimo de dos docenas de familias extensas de katalanims, que podrían representar un 1% de la población de origen europeo en el territorio. Esta comunidad estaba representada por apellidos como Abendana (o Abonadana), Aguillaró, Arbec, Barnet (o Barret), Bennal, Bindona, Bromato, Campanall (o Campannal), Capella, Coriell (o Cordell), Farieres (o Farreres), Ferro, García, Goteres (o Guteres), Grades o Pardo (transformado en Brown), entre otros.