Tal día como hoy del año 1494, hace 526 años, en el transcurso del segundo viaje colombino (1493-1494), Cristóbal Colón fundaba La Isabela, el primer asentamiento estable europeo en el continente americano. Según la historiografía oficial española, Colón había zarpado de Cádiz el 15 de septiembre de 1493, aunque la investigación moderna ha probado que parte del convoy formado por diecisiete naves lo había hecho de Barcelona unas semanas antes. El 22 de noviembre de 1493, desembarcaba en Fuerte Natividad (isla de La Española), pero al comprobar que el destacamento de treinta y nueve hombres que había dejado allí había sido masacrado, ordenó virar hacia levante en busca de un lugar más seguro.

Una vez había reconocido el terreno y había dibujado los planos de lo que sería aquel primer asentamiento estable, nombró al valenciano Antoni de Torres como gobernador de la plaza. Torres era el capitán de la nave Marigalant, tripulada exclusivamente por catalanes y valencianos, financiada por banqueros catalanes y botada en Barcelona. Torres era judío converso, de la familia Ben Ha'Levy, y era el hermano de Lluís de Torres, el primer europeo fumador y el primer importador de tabaco en Europa. La misa que acompañó el acto protocolario de fundación de la ciudad sería oficiada por los religiosos leridanos Bernat Boïl y Ramon Pané.

La tarea de construcción de la ciudad corrió a cargo, exclusivamente, de los tripulantes de la nave Marigalant. Poco después, estos mismos pioneros fundarían la ciudad-factoría de La Vega, situada a unos veinte kilómetros en el interior siguiendo el curso del río Camú. El primer gobernador de aquel emplazamiento fabril sería el naviero tarraconense Miquel de Ballester. De esta forma, articulaban el eje producción-exportación típico del modelo colonial. La Vega produciría azúcar, alfarería, armas y monedas, que serían embarcadas hacia la península Ibérica a través del puerto de La Isabela. La máxima autoridad militar y policial de aquellos asentamientos sería el ampurdanés Pere de Margarit.