Barcelona volverá a vivir hoy una manifestación multitudinaria al cumplirse seis meses del encarcelamiento de los Jordis, Sànchez y Cuixart. El 16 de octubre ingresaron en prisión los entonces presidentes de la ANC y Òmnium y allí permanecen arbitraria e injustamente privados incluso de aquellos derechos que no se les puede arrebatar en el momento procesal en que se encuentra la causa. Como permanecen injustamente en otros centros penitenciarios de Madrid miembros del Govern depuestos por el 155 y la expresidenta del Parlament, y en el exilio el president Puigdemont y cuatro consellers.

El independentismo ha sido perseguido por el Estado mucho más allá de la ley. Lo están denunciando así instituciones y organismos internacionales y la opinión pública mundial empieza a descubrir una España muy diferente a la que se imaginaba. De una muy baja calidad de su democracia, de uso indiscriminado de la fuerza contra sus propios ciudadanos, de incapacidad para abrir cualquier negociación. Un estado represivo en el que retroceden a pasos de gigante derechos y libertades.

Por eso, hoy una multitud saldrá a la calle. Para que el mundo lo sepa y se oiga en Berlín, en Bruselas, en Londres o en Suiza la demanda de los catalanes. Con lazos amarillos y al estilo catalán. Todas las veces que haga falta se llenarán las calles hasta que se ponga punto y final a la actual situación.

Desde el 2010 ha habido manifestaciones excepcionales que han sorprendido al mundo por lo gigantescas que han sido y por su civismo. Este domingo tiene, sin embargo, dos características especiales: la libertad de los presos y el foco alemán, donde se encuentra Carles Puigdemont en libertad provisional. Bajo el lema "Pels drets i les llibertats, per la democràcia i la cohesió. Us volem a casa", la ciudadanía ha sido convocada para expresarse en paz y en libertad. Como siempre. Por más que el Estado insista en una violencia imaginaria, en la kale borroka y en toda una sarta de mentiras. La mejor respuesta está, como siempre, en la democracia y en las urnas. Aquellas que no respetan después de los resultados del 21-D. 

Som-hi.