Guardiola ha hecho mucha pupa. No hace falta ser ningún agudo analista político para concluir que la intervención de Pep Guardiola leyendo el manifiesto de las entidades soberanistas a favor de la celebración del referéndum del próximo 1 de octubre y de apoyo al Govern de la Generalitat que lo ha convocado ha hecho daño, mucho daño, entre los contrarios a su celebración. Y es comprensible que sea así. Pocos minutos después de que Guardiola leyera el manifiesto ante las cuatro columnas de Puig i Cadafalch, las principales agencias internacionales de noticias y diarios tan influyentes como The New York Times o The Guardian daban cuenta del acto de Barcelona, impulsados por un nombre tan global como Guardiola. Habrá que seguir con mucha atención el posicionamiento de los medios anglosajones en todo este conflicto y para muestra el Financial Times del pasado sábado, que enfocaba el conflicto como un choque de trenes entre Catalunya y Madrid por un referéndum "ilegal". El entrecomillado de ilegal no es menor, ya que marca la distancia justa entre lo que dice el Gobierno español y lo que el medio no quiere asumir como propio.

Dicho esto, la exagerada reacción que vivieron las redes sociales con la participación de Guardiola en el acto soberanista ejemplariza la manipulación que se hace de una decisión estrictamente individual. La etiqueta #guardiola fue trending topic durante muchas horas, un tiempo en que los insultos y las descalificaciones fueron exageradas. Justo hasta que emergió el tenista Rafael Nadal como ganador de su décimo Roland Garros en París. Entonces se quiso contraponer la españolidad de Nadal con "la traición" de Guardiola. Puestas las cosas así, los independentistas saben que pueden contar con Guardiola. Arrimadas, Albiol e Iceta pueden contraprogramar con Nadal cuando este les dé hora para participar en una concentración unionista y se preste a ello. Cosa que no ha pasado. Puigdemont hablaba esta noche en TV3 de que el 1 de octubre será un día de ilusión y esperanza que vencerá al miedo y la amenaza. La campaña a favor del referéndum ha empezado ya.