Clamor unánime de las entidades y empresas catalanas de la economía social para tener "incidencia política y social" en un nuevo modelo donde las personas y el progreso estén "en el centro de la actividad". Y no el capital. Tal como ha recordado el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, esta nueva plataforma que lleva el nombre de Asociación Economía Social Catalunya (ESCAT) aglutina 7.422 organizaciones, da trabajo a 139.202 trabajadores y suma más de dos millones de socios a la vez que mueve 7.853 millones.

Una nueva manera de hacer economía que según Puigdemont, no es "sólo una respuesta a la crisis" sino "una anticipación a los tiempos que vienen, es una manera de decir que queremos crecer como nos pide a la sociedad y nos pedirán las futuras generaciones." Y para hacerlo posible, estarán la Confederación de Cooperatives de Catalunya, la Confederació Empresarial del Tercer Sector Social de Catalunya, la Federació de Mutualitats de Catalunya, la Mesa de entidades de Tercer Sector o la Xarxa d'Economia Solidària.

"Un país nuevo"

Todas las familias económicas y sociales han dicho la suya en el Palau Robert. El presidente de la Confederación Empresarial del Tercer Sector, Joan Segarra, ha descrito la nueva asociación como "un paso adelante para construir una hoja de ruta que permita aglutinar esfuerzos, optimizar recursos e incrementar la capacidad de influencia" a la vez que "un marco de trabajo idóneo para incidir más y mejor en la construcción de políticas públicas." De la misma forma, el presidente del Tercer Sector, Oriol Illa, espera que el ESCAT sea capaz de "modificar marcos legislativos" y "entender la economía de forma ética."

En este sentido, el presidente de la Federació de Mutualitats de Catalunya, Jordi Busquet, ha explicado que el ESCAT quiere "influir en la sociedad catalana". Y eso implica economía social, un discurso colectivo, cohesión o diálogo pero también "más calidad democrática", más solidaridad y más igualdad de oportunidades. El Ayuntamiento de Barcelona representado por el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ya ha dado su apoyo. "En un cruce histórico, si queremos construir efectivamente un país nuevo y más justo, estamos obligados a construir otro tipo de economía", ha concluido. Una nueva forma de hacer economía en una nueva forma de hacer país.