En la reunión de la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de este lunes previa a poner fecha para las próximas elecciones a la presidencia del ente español, se ha determinado que el estadio madrileño del Wanda Metropolitano será la sede de la final de la Copa del Rey. El Barça y el Sevilla se disputarán el título copero el próximo 21 de abril en el estadio del Atlético de Madrid.

Las nuevas obras de los aseos del Santiago Bernabéu ya no serán excusa para nada. Con estadio definido para jugar la final de Copa, ahora ya no hay debates abiertos. Tanto Barça como Sevilla no jugarán la jornada 34 de Liga y se disputarán el título de Copa en sábado.

Javier Bordas, vocal del Barça, y Guillermo Amor, director de Relaciones Institucionales, han sido los representantes del conjunto blaugrana en la reunión que ha tenido lugar en Madrid. Los dos clubes y la Federación han llegado a un rápido acuerdo, y posteriormente el Atlético ha accedido a dejar su nuevo estadio para que sea la sede de la final.

Fechas que desgastan

También es por este motivo que el partido del Barça contra el Villarreal, que se debería disputar ese mismo fin de semana, quedará aplazado. Lo mismo ocurre con el partido entre el Sevilla y el Real Madrid. Y entre las sorpresas obligadas por culpa de este partido, también se aplazará el duelo entre el Atlético de Madrid y el Betis que se debería haber jugado en el estadio colchonero. Estos tres partidos de Liga correspondientes a la jornada 34, y perjudicados por culpa de la Copa del Rey, quedarán aplazados al día 9 de mayo.

Otro de los grandes problemas añadidos que podrían surgir por culpa del calendario es la posibilidad de llegar justos de físico y muy desgastados a las semifinales de Champions, tres o cuatro días después de la final de Copa. Todo esto en el caso de que tanto Barça como Sevilla consigan llegar a la penúltima ronda de la competición UEFA.

Estrenando el Wanda Metropolitano

El nuevo estadio del Atlético de Madrid, reinaugurado el 16 de septiembre del 2017, acogerá la primera gran final de su historia. 68.000 asientos y único en el mundo por sus novedades tecnológicas.

El estadio madrileño, que vive bajo el apellido comercial de Wanda, es también conocido como el Estadio Metropolitano, donde el conjunto colchonero tuvo su casa desde el 1923 hasta el 1966. Ahora debutará oficialmente en una final de Copa antes de la gran cita del estadio madrileño: acoger la final de la Champions League del 2018/19.