El Diccionari de la llengua catalana de l'Institut d'Estudis Catalans define la palabra caricatura como la "representación de una persona en que se exageran ciertos rasgos característicos, especialmente con el objeto de producir un efecto grotesco". La segunda acepción es todavía más cruel: "imitación nada lograda, ridícula, de alguna cosa".

Aunque sepa mal decirlo, lo cierto es que Samuel Umtiti se ha convertido en una caricatura de sí mismo. El central francés, un día etiquetado como uno de los mejores del mundo, ya no puede competir en el primer nivel europeo. Y todo por culpa de una lesión mal cuidada.

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EFE

El ex del Lyon tuvo la oportunidad de resolver las molestias que sentía en la rodilla izquierda antes del Mundial de Rusia, pero, con el fin de poder disputar la gran cita, decidió apostar por un tratamiento conservador. Ganó el campeonato con su selección, sí, pero ahora paga las consecuencias.

La lesión que Umtiti tiene en el cartílago de la rodilla ha provocado que todas sus virtudes se desdibujen. Si antes era un central ágil, potente y certero en el juego aéreo; ahora el francés es incapaz de ganar una carrera, un duelo individual o una pelota dividida. Sólo su criterio en la construcción de la jugada y una buena colocación -eso no lo perderá- le permiten seguir compitiendo de manera regular.

Este domingo el '23' blaugrana ha salido en la fotografía del gol de Nabil Fékir y también de la expulsión de Clément Lenglet. Y aun así, el Barça lo necesita. Sin Jean-Clair Todibo, Umtiti será siempre la tercera opción para ocupar el eje de la defensa. Que Piqué y Lenglet no se resfríen.