El fichaje de Marcus Rashford por el FC Barcelona generó mucha expectación durante el verano. El inglés llegó procedente del Manchester United con la intención de relanzar su carrera tras una temporada irregular en Old Trafford y, a la vez, convertirse en una pieza de impacto inmediato para el equipo de Hansi Flick. Sin embargo, después de un mes en la disciplina culé, el atacante no ha terminado de arrancar y las dudas en torno a su rendimiento empiezan a crecer.
Rashford todavía no ha convencido a Flick. El entrenador alemán esperaba encontrar en el delantero un futbolista con desborde, velocidad y pegada, capaz de ofrecer variantes en ataque tanto por la banda izquierda como en posiciones más centradas. Pero, hasta ahora, su adaptación no ha sido sencilla y las sensaciones están lejos de ser las esperadas. Flick ha optado por darle minutos de forma progresiva, pero no contempla, al menos a corto plazo, que se convierta en titular indiscutible.

Uno de los principales motivos que explican este arranque dubitativo es la falta de adaptación al sistema de Flick. El técnico demanda intensidad en la presión, movimientos constantes sin balón y una implicación defensiva que, hasta el momento, Rashford no ha mostrado con la regularidad deseada. Además, en ataque se le nota falto de confianza, con decisiones precipitadas y una efectividad que dista mucho de su mejor versión en la Premier League.
A ello se suma el hecho de que la competencia en la delantera azulgrana es feroz. Lamine Yamal y Raphinha ofrecen un nivel alto en las bandas, mientras que Lewandowski continúa siendo la referencia en el área. Incluso futbolistas como Ferran Torres han mostrado más constancia en los entrenamientos, lo que dificulta aún más que Rashford se haga con un sitio en el once.
Un desafío para el propio jugador
En el Barça entienden que aún es pronto para emitir un veredicto definitivo. El club confía en que, con tiempo y paciencia, Rashford pueda recuperar su mejor nivel y aportar al equipo. Sin embargo, se admite que el margen de error es reducido, ya que el futbolista llegó en calidad de cedido y, en función de su rendimiento, se decidirá si se explora o no la posibilidad de negociar un traspaso definitivo con el Manchester United.
El propio Rashford es consciente de la situación. Fuentes cercanas al vestuario aseguran que el inglés está trabajando intensamente para mejorar su estado físico y adaptarse a las exigencias tácticas de Flick. Su objetivo es revertir la percepción actual y convertirse en una opción válida de cara a los grandes partidos.

Flick, paciente pero exigente
Por el momento, Flick mantiene una postura clara: no le regalará minutos. Solo el trabajo, la regularidad y las actuaciones convincentes permitirán que Rashford se gane un sitio. De lo contrario, su paso por el Barça podría quedar como una oportunidad desaprovechada tanto para el club como para el propio jugador.
El tiempo dirá si el atacante inglés logra cambiar el guion, pero lo cierto es que, tras un mes en el Camp Nou, Rashford no ha terminado de justificar la apuesta del Barça.