Kevin De Bruyne busca nuevos horizontes. El centrocampista belga de 33 años ha decidido no renovar su contrato con el Manchester City y está abierto a vivir una última gran aventura en el fútbol de élite. Aunque la MLS se presenta como una opción atractiva, el jugador aún cree que puede competir al más alto nivel en Europa. Su nombre ha sido relacionado con varios clubes importantes y, en los últimos días, varios emisarios lo han ofrecido al FC Barcelona.
Desde el entorno del jugador se ha transmitido que De Bruyne estaría dispuesto a escuchar ofertas del club azulgrana, motivado por la idea de vestir una camiseta histórica en el tramo final de su carrera. La operación no implicaría un traspaso, ya que llegaría libre, pero su salario elevado es una barrera considerable para un Barça con serias limitaciones económicas.

Flick no lo ve prioritario
La respuesta del técnico Hansi Flick ha sido clara y directa. Aunque valora la brillante trayectoria del belga y no pone en duda su calidad, el entrenador alemán no cree que el Barça necesite su fichaje. Para Flick, el centro del campo está bien cubierto con jóvenes de gran proyección como Gavi, Fermín López y Dani Olmo, además de piezas clave como Frenkie de Jong o Pedri.
Además, Flick considera que el rendimiento actual de De Bruyne está lejos de su mejor nivel. Las constantes lesiones que ha sufrido esta temporada en el City y su falta de continuidad hacen dudar de su impacto real en una plantilla que busca frescura, energía y compromiso a largo plazo. En este sentido, el técnico prefiere apostar por jugadores jóvenes y con hambre, que se ajusten al estilo y a las necesidades actuales del club.
Salario fuera del alcance
Incluso si Flick hubiese dado el visto bueno, la operación sería muy complicada en lo económico. De Bruyne, acostumbrado a ser uno de los jugadores mejor pagados de la Premier League, no está dispuesto a rebajarse el sueldo de forma significativa. Y en el Barça, donde cada euro cuenta, sería prácticamente imposible hacerle hueco en la masa salarial sin sacrificar otras operaciones clave o ventas importantes.

Joan Laporta y Deco han tomado nota de la propuesta, pero el consenso en la dirección deportiva es que la prioridad está en otras posiciones, especialmente la portería, un defensa si se marcha Araujo, y un delantero.
Un perfil para otro momento
De Bruyne es, sin duda, uno de los grandes nombres del fútbol europeo en la última década. Pero su fichaje llegaría en un momento en el que el Barça ha apostado por reconstruir un proyecto basado en juventud, cantera y sostenibilidad económica. En este contexto, un jugador veterano con alta ficha y dudas físicas no encaja.
Flick ha dejado claro que quiere un Barça intenso, dinámico y con margen de crecimiento. Y por eso ha cerrado la puerta, al menos por ahora, a la llegada del belga. El Barça mira hacia el futuro, no hacia el pasado, por mucho que nombres como De Bruyne sigan generando respeto en el fútbol mundial.