Pedro Severino, futbolista de 19 años del Red Bull Bragantino, es el protagonista del milagro del año en el fútbol brasileño. Tras 98 días hospitalizado y haber recibido incluso el diagnóstico de la muerte cerebral, este miércoles, el joven futbolista nacido en 2005 ha recibido el alta médica y ya se encuentra en su casa, junto con su hermano, su hermana, su padre y su madre.

La clínica Unimed Ribeirao Preto acogió al jugador cedido por el Botafogo después de que el coche que conducía uno de sus compañeros de equipo en el Red Bull Bragantino, Pedro Castro, se estrellara cuando se dirigía al centro de entrenamiento del club, situado en la ciudad de Atibaia.

El nivel del milagro: "El protocolo de muerte cerebral fue interrumpido por señales de mejora"

Pedro Castro, que es quien conducía, sufrió daños menores, pero Pedro Severino tuvo que pasar por múltiples cirugías, incluida una reconstrucción del cráneo frontal, tal como informó la clínica Unimed Ribeirao Preto en el boletín médico divulgado el pasado 23 de mayo.

Y según el comunicado en el que se anunció su alta, Severino seguirá su recuperación motora, neurológica y física en casa. Su retorno a la actividad futbolística todavía no tiene fecha definida, pero, en cualquier caso, parece algo del todo secundariu después de que el chico haya protagonizado el milagro del año en el fútbol brasileño.

El mensaje de Pedro Severino tras volver a la vida: "¿Alguien duda que Dios existe?"

En la última publicación en Instagram de su padre, Lucas Lucía Severino, que también fue futbolista, aparecen la madre, la hermana pequeña y el hermano, Joao Victor Severino, que también es jugador, dejando constancia los felices primeros momentos del regreso a casa del hermano mayor.

Y en el pie de foto, el padre comparte: "¿Alguien duda que Dios existe? ¡Pedro es la prueba! Cree en Dios. Además de hacer milagros, pone a gente como ángeles para ayudarnos y animarnos. Todos quienes han rezado, todos quienes han ayunado, todos quienes han prometido, todos quienes se han reunido con Dios, todos quienes lloraron, todos quienes creyeron, todos sin excepción del hospital Unimed Ribeirao Preto, que incansablemente no se rindieron, incluso cuando el diagnóstico no fue favorable, muchas gracias!

Fuiste enviado por Dios para protegernos y renovar nuestra fe cada día. ¡Gracias, gracias! ¡Ahora pasando a la siguiente fase! ¡Rehabilitación en casa!", concluye el sentido escrito.