Como todo un científico del fútbol, un docto investigador que conoce perfectamente todos los secretos de este deporte, Leo Messi ejecutó al Eibar para sumar el partido número 36 sin conocer la derrota (21 en la liga) y mantener al Barça como líder intocable de la Liga española con 8 puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid y 12 sobre el Real Madrid. A falta de diez jornadas para el final del campeonato, el título de Liga tiene cada vez más color blaugrana.

El partido en el campo de Ipurua parecía más difícil de lo que lo convirtió el Barça. Todo pareció sencillo para los hombres de Luis Enrique. Actuaron con autoridad, se sintieron líderes desde el primer minuto, se adueñaron de un terreno duro y exhibieron su superioridad con paciencia ante un equipo inferior pero moralmente fuerte.

Todo eso es posible cuando se tiene a un Leo Messi inspirado. Que es capaz de sugerir, insinuar y proponer como de apuntar y disparar, y de señalar y marcar. Él parece tener en la cabeza cuando acelera y cuando decide. Así lo hizo en los tres goles. Desde cualquier punto del campo, al argentino le es exactamente lo mismo poner el balón donde quiere. Y así lo hizo en la jugada que abrió el marcador a los ocho minutos. Tras triangular con Busquets y Alves, desde una banda, y casi desde el mediocampo, divisó el desmarque de Luis Suárez, quien colocó un pase de gol para que Munir, que reaparecía por la ausencia de Neymar (sancionado), rematara a placer.

Gol de Munir, minuto 8 (0-1)

Con el gol a favor, el Barça convirtió el campo del Eibar en un rondo tan intenso como preciso, pero al mismo tiempo tan apabullante como poco eficiente porque no producía ocasiones de gol. Dominaba pero no mataba.

El equipo guipuzcoano aprovechó esos minutos en los que el Barça prefería conservar antes que liquidar al rival por la vía rápida para quitarse la sensación de impotencia que le producía correr detrás del balón sin éxito. Y cuando más estaba acosando la portería de Claudio Bravo, con un remate de Escalante que besó el poste derecho blaugrana y un rechace de Busquets que por poco no fue autogol, el Barça armó un contraataque, de esos en los que pilla por la espalda a la defensa local, en el que Munir cedió el balón a Messi y el mejor jugador del mundo decidió convertirlo en el segundo gol del partido y el número 20 personal en la Liga. Con Munir a su izquierda y Suárez a la derecha, y dos defensas por delante, el argentino amagó dos veces hasta que conectó un disparo raso esquinado para materializar el segundo gol (41 m.).

Gol de Messi, minuto 41 (0-2)

La segunda parte transcurrió sin excesiva emoción y sólo se animó en el minuto 76 cuando Messi aceleró el partido, entró en el área y provocó una mano de Ramis y él mismo se encargó de marcar el penalti por el centro de la portería de Riesgo, con una seguridad que apaga los comentarios sobre la inefectividad de los delanteros blaugrana ante las penas máximas.

Gol de Messi, minuto 76 (0-3)

La guinda (0-4) la puso Luis Suárez, en otro contraataque, en el que el uruguayo se fabricó un gol espectacular, tras un caño a un defensa y batir al portero de tiro colocado, para romper su racha de tres partidos sin marcar y sumar 26 goles en 28 partidos de Liga.

Gol de Suárez, minuto 84 (0-4)

 

Alineaciones:

Eibar: Riesgo; Capa, Pantic, Ramis, David Juncá; Escalante (Hajrovic 85), Dani García, Adrían, Radosevic; Borja Bastón (Saúl Berjón 68) y Sergi Enrich (Inui 90).

Barcelona: Bravo; Alves, Piqué (Bartra 79), Mascherano, Alba; Rakitic, Busquets (Vermaelen 79), Arda (Sergi Roberto 79); Messi, Suárez y Munir.

Árbitro: Undiano Mallenco

Amarillas a Radosevic, Dani García y Luis Suárez y Mascherano, que no jugará contra el Getafe.